Nos encontramos en un periodo de la industria en la que se persigue el mundo abierto y el backtraking con el fin de alargar la duración de las producciones. Tras pasar infinidad de horas pateando por mundos abiertos, disponer de un juego «pasillero» sin más pretensión que contar una historia es casi un regalo.
A Plague Tale: Innocence fue una aventura que obtuvo muy buenas valoraciones el año pasado. Su buena trama le valió la nominación a mejor narrativa en los The Game Awards. Desde entonces estuvo en mi punto de mira. Su desembarco en el Game Pass fue el empuje que necesitaba para empezar un viaje por la Francia del siglo XIV.
Año 1349. La peste negra se propaga por Francia a toda velocidad. Nidos de ratas emergen de la tierra y destruyen pueblos enteros. Y en el centro de este escenario desolador, la guerra y la Inquisición forman el rostro humano del odio y la muerte. Bajo esta amenaza, la plácida vida de la familia de Rune se ve interrumpida para siempre. Así comienza la larga travesía de la joven Amicia y su hermano Hugo, una carrera para salvar al pequeño de su extraña dolencia mientras la plaga amenaza su futuro.
Hugo y Amicia. Amicia y Hugo. Dos hermanos que habían estado años separados ahora recorren de la mano los caminos de Francia buscando la salvación del menor. Su relación comienza como la de dos completos extraños. Apenas se han visto en los 5 años de vida de Hugo, y la desconfianza y malos entendidos se suceden en las primeras interacciones. La terrible situación que afrontan les hace estrechar lazos y forjar una relación de lealtad sólida. Afortunadamente, no siempre caminarán solos; en su aventura hacia la salvación hallarán aliados que también sufren los daños colaterales de un régimen salvaje. La temprana agonía de un grupo de niños que nació en una de las peores épocas de la historia. El jugador no podrá evitar ponerse en el lugar de estas víctimas.
En una aventura lineal la trama debe ser el hilo conductor de la obra. De esta forma, A Plague Tale: Innocence se ciñe a este estándar exponiendo al jugador una historia bonita que fluye a buen ritmo. El mundo convulso del que huyen los hermanos es el telón de fondo para tratar una serie de subtramas relacionadas con las esperanzas del grupo en su trayecto hasta el mismo infierno. Pérdida, desilusión y frustración son los sentimientos predominantes. Pero en medio de tanta oscuridad, los pequeños momentos de luz que ofrecen los personajes brillan aún más. Fue precioso coleccionar flores con Hugo; el pequeño colocaba delicadamente un ramito en el pelo de su hermana mientras relataba su interesante origen. Y es que la inocencia del jovencito te hace esbozar en más de una ocasión una sonrisa. Todos estos instantes nos permiten respiran hondo y apaciguan la amarga aventura. La única pega que le puedo achacar a la trama son algunos episodios innecesarios cercanos al climax que, a pesar de las peripecias narrativas, no acaban de encajar.
A Plague Tale: Innocence presenta enfrentamientos sencillos basados en la infiltración. Los enemigos humanos siguen unos determinados parámetros de movimiento que el jugador tiene que memorizar para avanzar agazapado entre muros y hierbas altas. También tenemos a nuestra disposición diversos objetos para causar distracciones y alejar así a un rival. La última posibilidad es ir de frente contra el enemigo aprovechando el dominio de Amicia con la honda. Sus pedradas son fulminantes. Con el paso de los episodios nuestra joven protagonista se curte y aprende técnicas relacionadas con la alquimia, lo que propicia nuevas normas para superar tramos. La tensión está servida en enfrentamientos donde el ‘timing’ juega un papel clave. En general, el sistema de sigilo no es revolucionario ni la IA demasiado inteligente, pero cumple con su cometido en un título narrativo.
El enemigo más mortífero es la plaga. Solo el fuego puede disuadir momentáneamente a los grandes grupos de roedores para abrirnos paso. Durante nuestro aprendizaje en la alquimia descubriremos que hay más formas de deshacerse de la jauría (destrucción, distracción…). A Plague Tale: Innocence también se atreve con los jefes. Tipos fuertemente armados y protegidos. Para vencerlos entra en juego nuestra perspicacia y velocidad en combate. Por ejemplo, lanzar en el momento justo una pedrada en los anclajes de su coraza para dejarlo desprotegido.
Lejos de los combates, los niveles ofrecen puzles que debemos superar en compañía. Algo parecido a lo que vimos con anterioridad en títulos como Brothers: Tale of two Sons. Mientras un hermano realiza una acción (empujar una palanca, mover una manivela…) el otro cruza al otro lado. No representan un reto, pero tampoco desentonan con la trama; son solo otra contrariedad más que superar unidos.
Mi viaje por Francia junto a Amicia y Hugo me llevó por aldeas cuidadosamente inspiradas en la época. Nada que ver con la edad media idealizada que impregna la ficción. Las ciudades gozan de una lograda recreación y los bosques mediterráneos recuerdan a los de nuestra querida península. La vista panorámica de muchos puntos proporciona una perspectiva general del área para hacer volar nuestra imaginación, pero una vez iniciado el paso de la mano de Hugo las calles plagadas de muerte se estrechaban con el fin de seguir un camino marcado. Pequeños desvíos ocultos nos sorprenden de tanto en cuando para revelar coleccionables y pequeñas escenas extra relacionadas con personajes. Fuera de la ciudad, el escenario se amplia para permitir al jugador largos paseos sin la tensión constante de los villanos.
A nivel audiovisual A Plague Tale: Innocence fue toda una sorpresa. El modelado de los personajes está muy logrado, así como el detalle y mimo en los niveles. Las animaciones también sobresalen y se observa el buen trabajo de Asobo Studio. Respecto al apartado sonoro, tampoco se ha descuidado y la banda sonora invita a escucharla tanto dentro como fuera del juego. Podría decir que los valores artísticos lo ponen al nivel de un juego de gran presupuesto.
A Plague Tale: Innocence deja un buen sabor de boca. Antes de jugarlo pensaba en él como un AA entretenido pero sin demasiada profundidad. Sin embargo, una vez caminé a través de la muerte puedo decir que tiene alma de AAA. Un cuento bonito y también desgarrador ambientado en uno de los periodos más cruentos de la humanidad. Déjate envolver por la historia de Amicia y Hugo. No te arrepentirás.