Otra de las grandes conferencias del Gamelab 2014 fue la de Peter Molyneux, quien nos iba a visitar por segunda vez. En 2011 tuvimos el honor de asistir a su ponencia y fue realmente apasionante, especialmente para video adictas como yo, que han crecido con sus juegos de ser dios. Desgraciadamente, por trabajo no pudo desplazarse hasta Barcelona, pero no quiso fallar a los asistentes y vía Skype, desde su estudio de 22Cans, nos ofreció su conferencia con PowerPoint online incluido. Un gran esfuerzo que se agradece.
Esta vez se alejó un poco de el aspecto autobiográfico para centrarse en su pasión, que es crear y desde la libertad de hacerlo desde tu propia empresa, sin depender de grandes compañías. En pantalla muestra la portada de una revista de los 80 con Clive Sinclair, creador del mítico Spectrum, y su predicción: «El videojuego es la nueva forma de entretenimiento, y será más dominante que el cine, la televisión o la música». Las palabras de Sinclair le marcaron y desde entonces cree firmemente que el videojuego puede llegar a todo el mundo, influir en la sociedad e incluso superar al cine y TV, consiguiendo una mayor interacción. De hecho, ya lo está haciendo.
Muestra unas estadísticas del estado actual del sector, de los actuales consumidores, de las ventajas e inconvenientes entre plataformas y géneros, y como algunos de éstos están estancados. También reflexiona sobre la saturación del mercado móvil, donde muchos buenos juegos se mueren de pena en los últimos puestos de las listas.
Ahora se centra en su nueva etapa en 22Cans. Resaltaba lo maravillo que es trabajar para tu público, escuchando a la gente que ha apostado por tu proyecto y lo ha financiado, es decir, los futuros consumidores. En 2012, dejó la comodidad que le brindaba Microsoft para emprender una aventura con 22 Cans y dar rienda suelta a su imaginación. Su primera idea en mente era el proyecto Godus, que recuperaba un poco el espíritu de Populous, llevándolo más allá. Molyneux nos narra que la idea de Godus fue a raíz de su experimento llamado Curiosity, que consiguió que millones de personas picaran a la vez para descubrir lo que albergaba el cubo. Quedó muy impresionado de que esa idea loca consiguiera que tanta gente estuviera picando día y noche, y recuerda la anécdota de los penes variados que se llegaron a ver por la superficie del cubo, las peticiones de mano, etc. Tiempo después se desveló el secreto, el preciado tesoro era la oportunidad de convertirte en el dios de Godus. Así fue como enlazó una locura con su gran proyecto, el cual pasa por sus últimas fases de desarrollo.
Nos hace partícipe de su pasión por crear cosas nuevas y la creencia de que Godus cuenta con un montón de elementos que nos harán disfrutar. Ahora nos hace una visita guiada e interactiva por 22Cans y nos muestra los diferentes equipos trabajando, donde incluso hay miembros del equipo original de Populous. Mientras nos relata el trabajo de cada uno, vamos viendo concept arts, mapeados que se pueden manipular de arriba abajo (algo asi como el modo edición de terreno de Sim City), pequeñas chozas con una especie de trabajadores moviéndose de un lado al otro (Muy a lo Age of Empires?), un montón de papeles colgados en la pared marcando el proceso, beta testers concentrados, creadores de efectos aún mejorando pequeños aspectos, y en general, y como él define, un equipo con talento que recibe pequeñas pautas para no frenar su creatividad.
Llega el turno de preguntas. Muchas se centran en la diferencia entre trabajar para una gran empresa y una pequeña. Peter recuerda Milo, un juego que tenía en mente en 2009 pero el feedback negativo acabó con el proyecto. Señala que las empresas grandes buscan cosas predecibles y ponen plazos imposibles, por otro lado también están los accionistas, a los que has de presentar los informes y solo tienen ojos para el dinero. En este escenario es imposible la innovación, y pone de ejemplo a Minecraft, un título que en una empresa grande nunca hubiera visto la luz.
Siguiendo con el turno del público, una chica le pide que cuente alguna anécdota de cómo entró en el sector y la respuesta de Peter nos acerca un poquito más a aspectos poco conocidos de su vida. Empieza a relatar que en aquellos tiempos trabajaba en una empresa que exportaba judías a oriente medio, por cada lote que vendía ganaba una miseria, pero un día recibió una extraña llamada: una empresa de informática quería mostrarle sus últimos ordenadores para que desarrollara juegos. En su compañía eran solo dos personas, y le extrañó esa llamada pero aún así siguió adelante. La empresa se equivocó pero para entonces Peter ya había recibido un lote de ordenadores Commodore en su casa. “Ya que los he recibido, ¡vamos a usarlos!” – Se dijo. La sala se parte de risa y aplaude.
Muchas preguntas se centran en Godus, un asistente le pregunta si el título llegará al publico diverso que pretende. Molyneux indica que en septiembre se lanzó una versión de Godus para tantear el terreno y para que los seguidores dejaran su opinión, eso le ayudó a conocer lo que podía cambiar y mejorar, ya que no quiere hacer algo demasiado estresante para los jugadores casuales ni decepcionar con algo simple a los empedernidos. Finaliza recordando las palabras de Sinclair, y creyendo firmemente que los videojuegos pueden cambiar el mundo.
Admiro profundamente la ilusión y tesón que pone Peter Molyneux en su trabajo e ideas, a las cuales se aferra y lucha con uñas y dientes para sacarlas adelante. Se puede ver ese brillo en sus ojos, y consigue hacerte creer cualquier cosa descabellada. Recuerdo cuando en su primera Gamelab habló sobre lo que le inspiró a la hora de crear sus éxitos con Bullfrog, por ejemplo, en Theme Park, imaginaba un parque de atracciones, como en una montaña rusa de infarto un niño salía volando por los aires. La gente de su equipo le llamó loco, que dónde quería llegar con eso, y bueno, aquí sigue, al pie del cañón con una ilusión inquebrantable.
