Una niña a la que le encantaba jugar a Donkey Kong junto a su padre le dijo un día «Papá, ¿Porqué no puedo elegir a la chica para jugar?». Dicho y hecho, su padre se puso a trabajar con el código de la Rom original de Donkey Kong, para intercambiar los papeles entre Pauline y Mario. No hace falta que imaginéis como quedaría esta historia, la tenéis aquí.
Curioso, muy curioso. Es que, leches, da que pensar. ¿Que habría sido de Mario, de Donkey Kong o de la mismísima Pauline, si realmente el juego hubiese sido concebido de esta forma? Pauline se habría convertido seguramente en una de las primeras heroínas del videojuego, antes que Lara Croft de Tomb Raider o Faith de Mirror’s Edge, muchísimo antes. Aquí tenéis el video del gameplay que hace realidad este intercambio.
Sigo pensando en ello. ¿Habría cambiado el mundo del videojuego un detalle como este? Quizás habría sido más sencillo para las chicas gamer, y no por ellas mismas, que habrían jugado el mismo tiempo con la misma pasión que los chicos, si no porque algunos padres chapados a la antigua habrían abierto más los ojos, ya que, como los deportes, los videojuegos no tienen género. Este padre le ha querido dar el placer de sentirse protagonista de Donkey Kong a su hija, aunque en realidad, ellas, como nosotros, disfrutan los videojuegos de la mejor forma, sea cuál sea el género del protagonista.
Me parece algo super bonito 🙂
Es muy enternecedor. ^__^
Luego ves a Piqueras y los videojuegos sólo fomentan violencia, gore y futuros psicópatas…
¡Ahí , ahí! para que luego digan que los videojuegos no fomentan la igualdad de género, pero entonces queda otra pregunta por hacernos ¿Era Donkey kong gay y estaba enamorado de Mario?