Esta semana fui a visitar a mi guía espiritual videojueguil, pues me veo estancado en una espiral de «jugar por jugar» sin encontrar el sentido de disfrutar sin presiones y sin prisas del mundo del videojuego. Pero si yo, por el día a día, que a veces parece quiera comerse mi tiempo de un bocado, me autopresiono para dejar tiempo para los videojuegos, imagínate lo que piensan los protagonistas del siguiente documental. «The King of Kong» es un documental donde en una hora y media de duración se nos cuenta la increíble historia del récord de la recreativa original de Donkey Kong. Preparad las palomitas.
Billy Mitchell es uno de los protagonistas de esta historia, y como algunos sabréis está considerado como
el mejor videojugador del siglo pasado (Se dice pronto). No solo ha ostentado
el récord en la arcade de Donkey Kong, sino también de PacMan y algún que otro clásico de las recreativas. Está claro que llevaba bastante vicio en sus manos, pero además, como comprobaréis en el documental, el hombre lo lleva de una forma que le desborda el ego.
El otro protagonista es Steve Wiebe, un hombre familiar, mucho más humilde, pero igual de competitivo y obsesivo que
intenta quitarle el récord en la arcade Donkey Kong. Aviso, es una hora y media de documental y te absorberá sin más. Podéis verlo
aquí.
A raíz del documental, tengo tres curiosidades para ti. En Donkey Kong Country Returns de Wii se incluyó la siguiente imagen.
La fachada de la derecha de la imagen nos muestra una bandera americana, pero en forma de corbata, la que suele lucir con orgullo Billy Mitchell. Un claro homenaje a su récord.
La segunda curiosidad, es que pese a que en el video, realizado en el año 2007, quedara como hombre récord de Donkey Kong Billy Mitchell, e incluso se superara a sí mismo con 1.062.800 puntos, Steve Wiebe consiguió superar su marca en el año 2010, con 1.064.500 puntos y por fin batir a su egocéntrico rival ¿No me digas que nunca has tenido un pique así con algún amigo?. En realidad, al final siempre llega un tercero y bate tu récord. Te crees «el mejor» hasta que llega alguien y te cruje ¿No es bonito? Real como la vida misma, pues llegó el chino Hank Chien, el cual con 1.138.600 puntos se llevó el récord en el año 2012.
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| ¡Con los asiáticos nos hemos topado! |
Por último, se dice, se comenta, que el mejor jugador de Donkey Kong no es ninguno de nuestros protagonistas, lanzados a la fama a raíz del documental y «gracias» a los organizadores Twin Galaxies. ¿Porqué entonces tiene menos eco y difusión? Resulta que Twin Galaxies no reconoce un récord si no está realizado en una máquina arcade original de dicho juego, en este caso Donkey Kong, y Dean Saglio no jugaba en la recreativa original. Aún así, por técnica y habilidades, por la comunidad es reconocido por el mejor, incluso en el propio foro de Twin Galaxies, por lo que queda claro que al final, The King of Kong, parece pertenecer a Dean Saglio.
A todos en el mundo de los videojuegos les gusta ganar, y quizás ese sentimiento de sentirse realizado después de pasar un gran obstáculo es algo que luego utilizamos en la vida real para no rendirnos. Es algo satisfactorio. Pero, como en todo, hay gente que está hecha de una pasta especial y por convicción, cabezonería, habilidad y reflejos, es capaz de llegar más lejos y lograr un récord mundial en esto de los videjuegos, como si de un deporte se tratara.
Los e-Sports son algo que están en «auge» últimamente, y aunque en EEUU se lleva desde hace tiempo, como podréis ver en el documental, en España ya estamos dando los primeros pasitos gracias por ejemplo a la LVP, y algunas otras organizaciones que están siendo un altavoz para demostrar lo que los españoles somos capaces de hacer. Es algo que me llama la curiosidad, pero no, yo no soy capaz de jugar prácticamente a un solo juego para ser el mejor. Prefiero disfrutar de todos ellos en pequeños y satisfactorios bocados. Y vosotros ¿Sois competitivos hasta la muerte, competitivos dentro de vuestro rango o preferís jugar en modos de un jugador y pasar del competitivo?
PD: Quién haya pensado en la Cron-O-Letrina de «Day of the tentacle» por el título, gallifante lechuckiano para el.
